Cofradías

Las decepciones

el 14 mar 2013 / 20:51 h.

Una de las salsas de la vida son los amigos. En mis tertulias, las ocurrencias, la gracia y la inteligencia en todas las materias instruyen e ilustran sobre cofradías y son una puesta al día de lo que pasa por el mundo.

Una cuestión recurrente es el comentario sobre cofrades, que cuando jóvenes, no pudieron, no quisieron o no tuvieron la oportunidad de incorporarse activamente en sus hermandades.

Llenos de buena voluntad y en situación estable, laboral, económica y sentimental, deciden ofrecer sus conocimientos y experiencias para formar parte de juntas gobierno, canalizar su vida espiritual y vivir en primera persona las complejas estructuras internas de las cofradías. Para desdicha de todos, al tiempo, pocos perseveran por las decepciones que sufren. Lo que se ve desde fuera, no es lo mismo que se vive dentro.

Una vez más se pierden, para mal de las instituciones, personas válidas, formadas y bienintencionadas que le darían aire puro y podría sustituir a tanto sátrapa, intrigante y conspirador que merodea por los bastidores de las cofradías. Estos últimos están bien definidos: los doctorados en la ignota facultad de Ciencias Cofrades, prepotentes y de mirada altanera a los recién llegados. También encontramos a los ultra-ortodoxos, que es lo siguiente a la involución.

No debemos olvidar tampoco a los pseudo místicos, impositores de sus propuestas, ejemplos de nada e incruentos agresores verbales que siempre miran de soslayo. Por último, aparecen los conjurados de las sacristías, manejadores de los hilos de toda una corporación que emergen de las sentinas cofradieras con sus enconados complejos.
No hemos sabido erradicar esas lindezas que han contribuido al abandono de los que vienen a servir con las manos y el corazón limpio. El deseo de todos es que reine el orden y el concierto y vivamos una autentica vida de hermandad.

  • 1