Que los criterios para optar a una plaza escolar sean más específicos que otros años no ha evitado que este año haya otras 600 denuncias por fraude. Educación preveía que se reducirían a la mitad porque se había completado la gratuidad de la etapa Infantil y ya no se producía el embudo de otros cursos para entrar. Pero no ha sido así.
La Policía Autonómica, dependiente de la Junta, y la Policía Local concluirán esta semana una investigación que lleva casi un mes abierta. Las denuncias por fraude escolar que llegan desde la Delegación Provincial de Educación de Sevilla por la "vía de urgencia" acaparan casi "la práctica totalidad del tiempo" de los agentes de junio a julio.
Según fuentes de Educación, este año han remitido a la Policía más de 600 alegaciones de familias que denunciaron a otros padres por haber falseado la matrícula de su hijo para asegurarse la plaza. Sin embargo el proceso aún no ha finalizado y la Administración educativa no ha querido entrar a valorar el número de denuncias recibidas ni ha pronosticado cuántas de ellas acabarán en los juzgados, como ocurrió en 2007.
El fin último de estas denuncias no es otro que arrebatarle la plaza al alumno que supuestamente ha mentido para entrar. Las investigaciones obligan a los agentes a verificar una a una todas las matrículas denunciadas: visitar el lugar de domicilio, comprobar el censo municipal, los contratos de trabajo, la renta familiar...
En el arranque del proceso de escolarización, a principios de marzo, el delegado provincial de Educación, Jaime Mougan, vaticinó que este año habría menos denuncias que en cursos anteriores. "Este año habrá menos de la mitad de reclamaciones", dijo, basándose en que ya se ha completado la concertación de la etapa Infantil. En los colegios católicos concertados, que acaparan nueve de cada diez denuncias, la Infantil empezó a ser gratuita de manera gradual, desde el primer curso (3 años) hasta el último (5 años).
Pero durante dos años se produjo un desequilibrio entre los cursos privados y los recién concertados, algo que provocó un embudo a la hora de entrar. Muchos de los niños que habían pagado para entrar, perdieron la plaza o no pudieron entrar.
Perder la plaza . Pero al completarse la gratuidad en la Infantil tampoco ha disminuido sustancialmente el número de denuncias. El curso pasado reclamaron 731 familias, y Educación encontró indicios de fraude en más de 200. La mayoría de ellos perdieron puntos en el baremo, se les restaron aquellos que se demostraron falsos o inexactos (la mayoría por domicilio familiar, que es el criterio que más puntúa).
Al tratarse de niños que habían entrado en colegios católicos con listas de espera apretadísimas, el mero hecho de que les retirasen un punto en el baremo les supuso la pérdida inmediata de la plaza. En consecuencia, el niño era expulsado del centro y Educación le ofrecía otra plaza en el colegio más cercano posible.
Las reclamaciones por fraude escolar en Sevilla llevan dos años enconadas en el mismo porcentaje y siempre en los mismos colegios concertados. Pese a que nueve de cada diez alumnos logró plaza en el centro que había elegido en primera opción.
