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Cultura

Las desventuras del camarero de una Virgen negra, en La Fundición

Coincidiendo con los preparativos de la Semana Santa, La Fundición apuesta por una relación heterodoxa con nuestras imágenes procesionales.

el 24 mar 2010 / 20:19 h.

Rivero conversa con la Virgen durante la obra.

Hace ya cuatro años, en 2006, La Fundición estrenó una de las piezas teatrales que más éxito le ha dado a la sala sevillana: Mi madre amadísima, el diálogo de un hombre homosexual maduro con una Dolorosa, trasunto de su madre, a la que le cuenta sus venturas y desventuras.

A tan sólo tres días del comienzo de la Semana Santa de Sevilla, esta misma sala de teatro recupera la obra escrita y dirigida por el gaditano Santiago Escalante, quien asegura que la fecha "es pura coincidencia".

La función la protagoniza el camarero de una Virgen negra que sostiene un Niño Jesús blanco, con claras reminiscencias a la iconografía barroca andaluza. Interpretado por Ramón Rivero, este hombre, un homosexual cincuentón, "se refugia en la Virgen como figura materna", explica el autor, que va un paso más allá y afirma que "el mariquita se confiesa" con ella.

Esta idea tan chocante sirve como transfondo para presentar "un espectáculo crítico con aquellas personas más preocupadas por la vida de los demás que por las suyas y, además, reivindica la libertad de elección de cada uno para ser como es", aclara Escalante.

Y es que el dramaturgo afirma que "la mayoría de los vestidores de Vírgenes son homosexuales", hasta tal punto de que "no habría Semana Santa si no hubiera maricones", bromea el autor, ya que "detrás de una Virgen arreglada y bella siempre hay un homosexual, igual que detrás de un traje bonito de Nicole Kidman hay un maricón".

A pesar de querer mostrar la libertad de elección, Escalante comenta que Mi madre amadísima "no es una defensa de la homosexualidad". De hecho, opina que "la actualidad del mundo gay es un disparate. Por ejemplo, la revista Shangai regala gafas de sol o relojes para homosexuales o la cabalgata el salir a la calle a provocar... Para conseguir la normalidad habrá que ser normales", reflexiona el autor.

El dramaturgo -que ha participado en el guión de la adaptación cinematográfica dirigida por Pilar Távora- considera "preocupante" que haya una ley por la que los gays "nos podamos casar y si alguien en un pueblo te llama maricón, no pasa nada".

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