El miedo y la incertidumbre se instalaron ayer en los mercados bursátiles, sobre todo en el español y el portugués, que vivieron una jornada de fuertes caídas que, en el caso del índice selectivo Íbex 35, no se recordaban desde noviembre de 2008, al dejarse en el parqué un 5,94%, el mayor retroceso de todos los registrados en Europa.
La razón hay que buscarla en las dudas que acechan a la economía española un día después de que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, equiparase los graves problemas por los que atraviesa Grecia -con un déficit público superior al 12% y una deuda cercana al 120% del PIB, que han hecho temer una eventual quiebra-, con los que padecen países como España y Portugal.
El Gobierno no dudó en reaccionar y negar ese postulado, aunque la voz más crítica fue la de la vicepresidenta económica Elena Salgado, que tachó de "poco prudente" meter en el mismo saco a ambos países cuando su situación económica "no tiene nada que ver". "La situación de España no es parecida a la de Grecia ni en términos de deuda pública ni de fortaleza económica", afirmó la titular de Economía, que criticó a Almunia por "simplificar demasiado" al aludir a España y Portugal cuando hablaba de Grecia.
Almunia, por su parte, eludió pronunciarse sobre estas críticas, si bien su portavoz, Amelia Torres, apostilló que "no creo que hayamos sido nosotros los que hemos hecho la comparación".
El comisario afirmó el pasado miércoles que España tiene "problemas comunes" con Portugal y Grecia, entre ellos, la pérdida de competitividad, el elevado nivel de déficit y las necesidades de financiación exterior.
Las bolsas, tan sensibles a los vaivenes y faltas de confianza, fueron las grandes perjudicadas, con lo que los inversores optaron por recoger beneficios. Así, el Íbex vivió su primera jornada de pánico desde que comenzó el año y se desplomó un 5,94%, el mayor descenso desde el 6 de noviembre de 2008, cuando cayó un 6,3%, con lo que terminó en el nivel de los 10.241,7 puntos.
El selectivo abrió en negativo y a los pocos minutos inició su desplome sin que nada pudiera evitar la caída libre hasta registrar la peor jornada en más de un año y la novena en la historia del Íbex. El volumen de negocio batió récords y alcanzó 8.000 millones por la enorme volatilidad que azotó la jornada, con lo que multiplicó lo normal de una sesión.
Las bolsas europeas se resintieron aunque menos. París se dejó un 2,75%, seguido de Fráncfort (-2,45%) y Londres (-2,17%).
Quien también se llevó su particular varapalo fue Portugal. La Bolsa de Lisboa sufrió una de las mayores caídas de su historia, un 4,98%, que llevó al ministro portugués de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, a calificar de "infelices y engañosas" las declaraciones del comisario europeo.
LAS DEFENSAS. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet aseguró que no sirven las comparaciones porque son "muchos los países de la Zona del Euro que hacen frente a grandes y profundos desequilibrios fiscales".
Destacó por ello la "necesidad imperiosa" de que todos y cada uno de los países "cumplan a rajatabla" los compromisos contraídos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pues "la nuestra es una Unión Económica y Monetaria".
Por su parte, el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, recurrió a un símil futbolístico al asegurar que comparar las dificultades de España con las de Grecia es como hacerlo "con el Real Madrid y el Alcoyano".
Botín apeló al director financiero del banco, José Antonio Álvarez, para profundizar en las diferencias, y éste recalcó que existe cierto nerviosismo en los mercados financieros a raíz de la sostenibilidad de la deuda de algunos países, pero rechazó de plano que la situación española y griega sean similares.
Aun así, la mecha ha prendido. Los analistas consultados por Efe atribuyeron el comportamiento de la bolsa a la incertidumbre que pesa sobre la economía española y a la huida de los inversores extranjeros.
El director del departamento de Renta Variable de Banif, David Cortina, afirmó que el mercado está "castigando con dureza" la debilidad de la economía española, reflejada en el fuerte incremento del déficit público y en el aumento del diferencial de la deuda española con la alemana.
Y agregó que los inversores extranjeros están "vendiendo de manera indiscriminada todo lo que huele a España", sin diferenciar entre los valores puramente españoles o las grandes multinacionales con gran parte de su negocio en el exterior. Éste puede ser el caso del Santander, que bajó el 9,4% pese a presentar "buenos resultados" anuales.
En su opinión, en el mercado cunde la sensación de que las autoridades españolas no saben qué hacer para reconducir la situación económica, lo que repercute directamente en la renta variable.
Desde Renta 4, otro experto insistió en que la bolsa española está "cotizando una situación complicada" para la economía, que se ha traducido en una "pérdida de confianza" entre los inversores. Según esta fuente, la situación tiene "mala pinta a corto plazo" porque se ha puesto "en duda la capacidad de España de sobreponerse a la crisis".
