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Las elecciones afganas ponen a prueba la estrategia de Obama

Las sospechas de fraude y los secuestros marcan los comicios parlamentarios de hoy.

el 17 sep 2010 / 20:23 h.

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Un policía afgano vigila un punto de control en Kabul, Afganistán, en vísperas de las elecciones. parlamentarias afganas.

La sospecha de fraude, alimentada por las denuncias de falsificación de carnés de votantes y de compra de votos, planea sobre los comicios al Parlamento que se celebran hoy en Afganistán, los segundos desde la caída del régimen talibán. Unas elecciones que servirán para comprobar la estabilidad del país asiático, antes de que el Gobierno de EEUU lleve a cabo en diciembre su revisión de la estrategia de la guerra.

Esa revisión será esencial para determinar si se mantienen los planes del presidente estadounidense, Barack Obama, para comenzar la retirada estadounidense de Afganistán en julio del año próximo, como prevé la estrategia actual. También los aliados europeos esperan que las elecciones transcurran sin fraude ni violencia y despejen políticamente el camino que permita la transferencia paulatina de la seguridad a los afganos, como condición para la esperada vuelta a casa de los soldados.

Un total de 11,4 millones de electores están convocados para elegir, de entre 2.556 candidatos, a los 249 representantes de la Wolesi Jirga o Cámara Baja afgana. La cifra, última proporcionada por la Comisión Electoral (IEC), contrasta con los 12,5 millones anunciados días atrás y con los 17 millones registrados en las presidenciales de 2009, cuando cientos de miles de papeletas fraudulentas fueron invalidadas.

Temor al fraude. De nuevo, los temores de fraude empañan estos comicios y alimentan la expectativa de una baja participación, habida cuenta también de la inseguridad que reina en el país y las amenazas a los electores efectuadas por la insurgencia talibán. Fuentes oficiales informaron ayer de que al menos diez miembros de un equipo de campaña, ocho empleados de la IEC y un candidato han sido secuestrados desde el jueves por la noche en varios puntos del país. El pasado martes, fuerzas de seguridad afganas se incautaron de 100.000 carnés falsos de votantes en la provincia de Ghazni, en el sureste, lo que confirmó las denuncias al respecto.

La envergadura de estos intentos de fraude es imposible de determinar. Un propietario de imprenta de la ciudad paquistaní de Peshawar, contactado telefónicamente por Efe, aseguró que en la ciudad han imprimido dos millones de carnés. "Son los propios candidatos los que envían a su gente y nos piden que las imprimamos", aseveró esta fuente.
Los aspirantes a escaño "están seguros de que podrán usarlas, porque, si no, no se gastarían miles de dólares en esos materiales", dijo a Efe un "intermediario" en este tráfico de tarjetas, cada una de las cuales cuesta en torno a tres dólares.

El portavoz de la IEC, Noor Mohamed Noor, se declaró "preocupado" por la falsificación de carnés, pero al mismo tiempo dudó de que puedan usarse hoy porque "son de mala calidad y se puede apreciar claramente". Recordó, además, que una vez depositado el voto, el elector queda marcado con una tinta indeleble durante 92 horas, por lo que es "difícil que una persona pueda votar dos veces".

"Hemos hecho todo lo posible para prevenir el fraude, pero yo no puedo garantizar lo que ocurra en las provincias y tampoco podemos predecirlo", admitió, sin embargo, el nuevo jefe de la Comisión Electoral, Fazal Manawi. Manawi fue puesto al frente de la IEC por Karzai tras fuertes presiones internacionales por el papel de su predecesor en el fraude de 2009, pero también redujo el número de comisarios extranjeros de la Comisión de Quejas, que lo destapó.
Un portavoz de este organismo, Zia Refhat, aseguró que si detectan el uso de tarjetas falsas a favor de algún candidato, éste será eliminado.

Para el jefe de la misión de la ONU en Afganistán, Staffan de Mistura, los comicios "no serán perfectos", pero sí mejores que los anteriores.

La IEC ha establecido 6.835 colegios, pero 938 -ubicados en 25 de las 34 provincias- no se abrirán por razones de seguridad y sus electores podrán acudir a algún otro cercano. La Comisión aseveró que esta medida evitará el fraude en zonas de difícil acceso, pero el principal líder opositor, Abdulá Abdulá, denunció que se han cerrado centros también en áreas seguras del norte, su granero tradicional de voto.

Sin embargo, el afgano de a pie no alberga dudas sobre el fraude.

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