Si ha recibido la factura de la luz correspondiente al consumo eléctrico de los meses de julio y agosto, ya lo habrá constatado; si no le ha llegado aún a casa, prepárese, porque desde este recibo y hasta final de año comprobará cómo la cuantía a pagar se incrementa más allá de las dos subidas de la electricidad de abril (7%) y julio (3,95%) que ya tuvo que asumir. Y también, más allá de la que está por llegar fruto del incremento del IVA.
Se trata de un abono extra que las compañías eléctricas han empezado a cobrar y que es resultado de refacturar el consumo de luz del cuarto trimestre de 2011 así como del periodo comprendido entre enero y marzo de 2012. Lo notarán en sus bolsillos los más de 20 millones de hogares que tienen contratada la Tarifa de Último Recurso (TUR), la única tarifa regulada por el Gobierno.
Y es que, a falta de que en apenas cuatro días entren en vigor los nuevos tipos de IVA, que en el caso de la factura eléctrica subirá del 18% al 21%, las eléctricas han encarecido el recibo desde julio en aplicación de varias resoluciones del Tribunal Supremo que anulaban la congelación de la parte regulada del recibo de la luz que estableció el Gobierno y que corresponde a los peajes.
¿De dónde viene esta situación? El Supremo dio a finales de diciembre la razón a Iberdrola, Endesa, Gas Natural y la patronal del sector eléctrico Unesa, que arremetieron contra la decisión del Ejecutivo de rebajar los peajes eléctricos un 12% para contrarrestar el alza de la energía y forzar así la congelación de la tarifa de la luz en plena oleada de ajustes para los ciudadanos. El Alto Tribunal obligaba entonces a aplicar los peajes anteriores a esa medida, mientras que las empresas eléctricas vienen reclamando que estos peajes -que representan el 50% de la factura de luz que paga el cliente, el otro 50% procede de las subastas- se incrementaran al menos un 30% para reducir el déficit de tarifa, cifrado en 22.000 millones, y que es la diferencia entre el precio regulado de la electricidad y el coste que supone producirla.
Así, en la última factura recibida verá cómo su compañía eléctrica le incluye dentro del concepto de facturación varios apartados bajo el epígrafe de Ajuste precios cuarto trimestre de 2011, Ajuste precios primer trimestre de 2012 y Ajuste precios abril de 2012, que se suman al consumo efectivo de luz del periodo facturado.
A modo de ejemplo, de un recibo que factura 52,86 euros desde mediados de julio a mitad de agosto, 6,11 euros corresponden al abono con carácter retroactivo del consumo de electricidad relativo a esos periodos y que supone un incremento del 13% en la cuantía a pagar por este cliente. La factura se acompaña de una nota aclaratoria en la que informa de que la "subida de los componentes regulados de los precios de la luz entre octubre de 2011 y marzo de 2012 obliga a las comercializadoras a revisar los importes facturados para el citado periodo".
En el caso de Endesa, la compañía explica que ha decidido, "para causar el menor impacto posible y facilitar el pago", fraccionar en partes iguales las cantidades resultantes hasta el 31 de diciembre de 2012, lo que implica para el cliente que pagó 52,86 euros que continuará abonando en las próximas facturas esos 6,11 euros extras al margen de su consumo y sin contar tampoco con el impacto de la subida al 21% del IVA, que se traduciría -siguiendo con el mismo ejemplo- en otro desembolso de 1,34 euros más por idéntico gasto energético.
Para no perderse...
El Supremo obliga a subir la tarifa
El Tribunal Supremo daba en diciembre la razón a Iberdrola en su recurso en contra de la decisión del Gobierno de rebajar los peajes de acceso (parte de la tarifa regulada por el Ejecutivo, que los bajó un 12% para así congelar el recibo de la luz) y ordenaba aplicar los peajes anteriores en el cuarto trimestre de 2011. El Alto Tribunal estimó asimismo otro recurso de Iberdrola, Endesa, Gas Natural y la patronal Unesa y obliga al Ministerio de Industria a revisar el precio de los peajes desde el 1 de enero de 2012 para que éstos sufraguen en su integridad los costes regulados del sistema previstos para 2012. Esto se traduce en una nueva refacturación del consumo eléctrico del primer trimestre de este año. La cantidad que resulte de estas sumas es lo que las eléctricas prorratearán de julio a final de año en las facturas de sus clientes.
A la espera de una reforma energética
El trasfondo de esta situación hay que buscarlo en el conocido como déficit de tarifa o tarifario. Se trata de la diferencia, acumulada en los últimos años, entre los ingresos del sistema y el coste real que cuesta producir la electricidad, y que el sector cifra en 22.000 millones de euros. Hasta ahora, el Gobierno ha ido dilatando la aprobación de una de las reformas consideradas básicas, la energética, y que tiene su punto más delicado en cómo afrontar precisamente ese déficit sin hacer que todo el peso recaiga sobre los consumidores. El propio sector confiaba en que esta reforma fuese aprobada el pasado mes de julio. Hasta el día de hoy, el recibo de la luz viene determinado en un 50% por los llamados peajes de acceso (que recogen los costes regulados del sistema) y el otro 50% se fija en las subastas de electricidad que, de forma trimestral, realizan las comercializadoras de último recurso. Las eléctricas abogan por un incremento de al menos un 30% en los peajes para equilibrar el sistema.
