Los túneles de la SE-40 bajo el Guadalquivir, en el tramo entre Coria del Río y Dos Hermanas, les puede salir muy caro al Gobierno central incluso si decide finalmente no construirlos. Las empresas contratadas para las obras estiman que por el lucro cesante, daños y perjuicios podrían reclamar alrededor de 160 millones de euros si el PP plantea la rescisión del contrato. En concreto, cada una de las UTE (Aldesa construcciones, Copisa y Bruesa y la formada por OHL, Sando y Azvi) podría exigir ante los tribunales entre 80 y 90 millones de euros.
De hecho, como publicó este periódico, a partir de abril el parón de las obras de los túneles les costará a las constructoras 500.000 euros al mes entre gastos de mantenimiento, de paralización de obras y personal, así como en gastos generales de las compañías. Por eso, según las fuentes consultadas, las firmas encargadas del proyecto estatal reclaman "sensatez" al Ejecutivo de Mariano Rajoy y plantean que se negocie la obra, que podría realizarse por fases "en función de la disponibilidad del dinero". Las empresas están dispuestas a reactivar los trabajos en las condiciones y con los plazos que plantee el Ministerio de Fomento de Ana Pastor, pero advierten de que si se decide rescindir los contratos para, por ejemplo, optar por la construcción de un puente, la SE-40 se retrasaría entre 3 y 4 años más y el Estado tendría que hacer frente a una indemnización millonaria.
Eso sí, incluso contando con esta compensación a las empresas, la construcción de un puente es más barata que la de los túneles, aunque su impacto medioambiental es mucho mayor. Según lo previsto, el presupuesto es de 269 millones de euros para el túnel sur y 236 millones para el túnel norte.
"Dar marcha atrás no es razonable ya por el retraso que supondría para el proyecto y por los costes", recalcaron fuentes de las empresas contratadas.
Las empresas incluso han comprado ya las tuneladoras que horadarán los túneles, con un coste de 30 millones de euros cada una. Y estos topos mecánicos, de 14 metros de diámetro, no se pueden reutilizar para otros proyectos ya que están diseñados según las características de los túneles de la SE-40 y, sobre todo, según el terreno específico en el que tienen que excavar. La única forma de sacarles algún partido sería reutilizando algunas piezas, según las fuentes consultadas.
El pasado día 7 llegó al Puerto de Sevilla procedente de la localidad francesa de Corcoué-sur-Lognec las piezas de la primera tuneladora, mientras que la otra aún se está construyendo. El montaje de estos grandes topos durará cuatro meses, mientras que la excavación se estima con un plazo de cinco meses para cada uno de los túneles.
El PP no se quedó corto a la hora de criticar los recortes del anterior gobierno del PSOE y rechazó de plano la disminución del número de carriles (de tres a dos por sentido) de los túneles de la SE-40 para salvar el Guadalquivir entre Dos Hermanas y Coria del Río. Cuando el exministro de Fomento José Blanco el año pasado en Los Diálogos de El Correo anunció su decisión para ahorrar dinero, el PP aseguró que tal ahorro sólo era del 22%, unos cien millones, y que al llegar a la Moncloa retomaría el proyecto original, sobre todo, por motivos de seguridad, para que la entrada de esos túneles no se convierta en un cuello de botella.
Eso sí, mientras que el alcalde de Sevilla, el popular Juan Ignacio Zoido, en una comparecencia junto al actual ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, anunció que su partido ejecutaría la circunvalación en el "menor tiempo posible", por ser una obra "prioritaria" para Sevilla y para Andalucía, su compañero de partido y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, apostaba -también en la campaña electoral de las pasadas elecciones generales- por dedicar esfuerzos presupuestarios a "menos tramos" de la SE-40, aunque eso suponga que se disparen los plazos. "Es preferible que la obra tarde un poco más, pero que se haga bien", defendió entonces el dirigente del PP.
