Cultura

Las ferias se recomponen

el 10 may 2010 / 18:54 h.

Efecto Tomás. Mientras se sigue discutiendo el alcance de la gravedad de la cornada sufrida por José Tomás en Aguascalientes –con la calma y la objetividad que da el tiempo transcurrido–, algunos empresarios echan humo por las orejas para reorientar los abonos que se habían montado por y para el genio de Galapagar. A pesar de los espectaculares avances de su recuperación –el diestro se encuentra ya descansando en Estepona–, se antoja ya imposible su presencia en las plazas de Bilbao y Córdoba. González de Caldas, gestor del coso de Los Califas, lo tendrá complicado para arreglar un cartel y toda una feria que volvía a gravitar en torno al divino. Acartelado junto al cada vez más decadente Finito y el muy prescindible Juan Bautista, Tomás ha dejado un ancho hueco que se ha querido recomponer con el nombre más fulgurante del momento: el de El Juli.

Tiro errado. Como buen y experimentado perro viejo, Roberto Domínguez ha desestimado el ofrecimiento de la empresa de Córdoba. Más allá de sus declaraciones –“no se han acordado de nosotros en dos años”–, la negativa del apoderado del diestro madrileño se basa en el conocimiento de la realidad taurina Guadalquivir arriba. Sólo el casi intacto tirón que mantiene Tomás es capaz de sostener un festejo en un día, el miércoles de feria, tradicionalmente consagrado al cemento ardiente de los inmensos tendidos de Los Califas. Con o sin dinero, El Juli no podía permitirse en el mejor momento de su vida la frivolidad de hacer el paseíllo en medio de una plaza desolada, sabedor de que su tirón en las taquillas no anda al mismo nivel que su alcurnia de gran maestro. Finito ya no vende una escoba y el francés  –apoderado por Caldas– pinta allí bastante poco. La cosa se complica para la empresa Taurotoro, que había puesto toda la carne en el asador para elevar el bajísimo techo de un abono que ahora pende de un hilo. Pero en otros lugares la sustitución del quinto evangelista ya es un hecho. En la corrida del centenario del Club Cocherito de Bilbao será Miguel Ángel Perera el que ocupe su puesto remendando un festejo que se ha querido reforzar con la entrada de Pablo Hermoso de Mendoza, que rejoneará un toro en el intermedio de la lidia a pie. Y un dato objetivo más: Morante de la Puebla fue el primer sustituto de José Tomás en la plaza de Jerez acartelado con Padilla y Perera, que también sustituía a Manzanares. Lo que habría sido un llenazo de reventón no pasó de dos tercios de plaza. Y es una pena, porque el momento de ciertos toreros –como es el caso de Morante– no tiene nada que envidiar a la estoica personalidad del héroe caido de Galapagar. Pero la pregunta del millón está en saber si la empresa ganó más con esos dos tercios o con un hipotético lleno al que habrían tenido que restar los astronómicos honorarios de Tomás.

Las novilladas tocan fondo. El domingo se llegó a un punto de no retorno. Tres chicos incapacitados para hacer el paseo en la terminaron con la paciencia de casi todo el mundo brindando un paupérrimo espectáculo que debe invitar a la reflexión a todos sus actores. El problema no es de hoy, ni siquiera de antes de ayer, y posiblemente sea una pescadilla que se muerda la cola. A la empresa le toca rellenar un amplio programa de novilleros y la duda surge al intentar saber si sus gestores adolecen de una visión más detallada del escalafón menor o si los únicos bueyes que tenemos para arar son los que se anuncian. Vaya tela...


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