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"Las gitanas no son sumisas, sino valientes y echadas para adelante"

Beatriz Carrillo preside la única asociación española de universitarias romaníes

el 23 oct 2011 / 18:26 h.

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Beatriz Carrillo.

De los aproximadamente 500.000 gitanos que existen en Andalucía, la mitad son mujeres. El 90% de las niñas no llegan a Secundaria pero del 1% de alumnos gitanos que tienen las universidades, el 80% son chicas. Hace diez años, un grupo de estas gitanas universitarias que rompen moldes y estereotipos formaron Fakali-Amuradi, la única asociación española de gitanos universitarios y, por supuesto, la única de mujeres romaníes universitarias. Su presidenta, Beatriz Carrillo, representará a Andalucía esta semana en el I Congreso Mundial de Mujeres Gitanas que reunirá en Granada hasta mañana a 200 mujeres gitanas de países como Francia, Portugal, Holanda, Rumanía, Finlandia, Grecia, Hungría, La India, Estados Unidos o Colombia.


Carrillo rechaza de plano la pregunta de si la cultura gitana es más o menos machista que el resto. "No es una cuestión de grado, igual que todas las casas españolas no son iguales, tampoco todos los gitanos son iguales", afirma. Y desmitifica algunos prototipos. "La palabra patriarca nosotros no la usamos nunca y nos merece el mismo respeto una mujer mayor que un hombre mayor", dice.


El congreso, organizado por el Instituto de Cultura Gitana y el Consejo de Europa, se celebra en Granada por ser donde hace tres décadas surgió el movimiento asociativo del feminismo gitano, con Romí. Se centrará en la situación de las mujeres romaníes en el mundo, sus derechos y su participación social y política. La coordinadora del cónclave defiende que el feminismo gitano necesita "un debate identitario y cultural" sobre la mujer gitana pero sobre todo "abogar por la visibilidad de las buenas prácticas en sanidad, acceso a la educación y al mercado laboral" para contrarrestar los prejuicios.


Y es que Beatriz Carrillo defiende que en su cultura "las mujeres no son sumisas como se dice, sino muy valientes, luchadores y echadas para adelante. Lo de la conciliación de la que tanto se habla, las mujeres gitanas lo hicieron antes porque por necesidad tenían que trabajar dentro y fuera de casa".


Fakali-Amuradi tiene un programa contra el absentismo escolar y asegura que "se encuentran tantos casos de niños como de niñas". Sí es cierto que hombres y mujeres, por las distintas responsabilidades y roles que asumen, abandonan la escuela a distintas edades "pero es consecuencia de la pobreza". "Si estuviéramos en igualdad de condiciones y las niñas fueran menos al colegio que los niños, sí habría un problema cultural pero es que no partimos de la misma situación", subraya.

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