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Las grandes dudas de la oposición sobre Lopera

Los contratos entre el Betis y las empresas de Manuel Ruiz de Lopera, el déficit derivado del mal rendimiento de los fichajes, la opacidad en la difusión de las cuentas reales del club... La oposición espera que la junta del jueves aclare dudas. Mientras tanto, denuncia y denuncia con cifras y más cifras.

el 14 sep 2009 / 21:41 h.

Los contratos entre el Betis y las empresas de Manuel Ruiz de Lopera, el déficit derivado del mal rendimiento de los fichajes, la opacidad en la difusión de las cuentas reales del club... La oposición espera que la junta del jueves aclare dudas. Mientras tanto, denuncia y denuncia con cifras y más cifras.

Una decena de asociaciones hostiles a la gestión de Manuel Ruiz de Lopera fundó hace varios meses la plataforma Otro Betis es posible, cuya razón de ser se resume en este objetivo: "Articular una posible solución a la actual crisis institucional, deportiva y económica". Uno de esos grupos, Por Nuestro Betis (PNB), está siendo especialmente activo, como demuestran su campaña de sindicación de acciones o sus informes sobre los problemas que, según ellos, está acarreando el máximo accionista al club.

PNB parte de una premisa: "Lopera y sus empresas no ponen dinero propio en el Betis". Lo explican en su web: "El dinero lo genera el propio Betis (ingresos de PPV, abonos, publicidad, merchandising, taquillaje, ingresos extraordinarios...), pero las empresas de Lopera lo manejan a cambio de quedarse el 8,5% de todo y los intereses que esos ingresos generen a plazo fijo". Utilizando uno de los argumentos favoritos del consejero delegado, PNB añade: "Es cierto que el Betis no puede fichar sin los avales de Lopera. El Betis casi no tiene dinero porque se lo da casi todo a las empresas de Lopera, por lo que necesita que éste avale. Si el dinero se lo quedase el Betis en sus cuentas, no haría falta que nadie avalase nada", razona el grupo opositor.

El objetivo de PNB, y de la oposición en general, es que la junta del jueves sirva para aclarar el "entramado" contractual entre el Betis y esas empresas, que a su vez se relacionan entre sí de esta forma, según la descripción de PNB: "Farusa es el accionista mayoritario del Betis. El Betis cede sus derechos a Encadesa, y ésta a su vez cede parte de ellos a Tegasa. Tegasa y Encadesa comparten accionistas mayoritarios, dos señoras que también son accionistas minoritarias en Incecosa y Farusa. Farusa, Incecosa, Rulosa y Frigimueble son accionistas minoritarios en Tegasa. Incecosa es la accionista mayoritaria de Farusa".

Para PNB, lo extraño es que Encadesa, con un capital social de apenas 150.000 euros, gestiona los activos del Betis, cuyo patrimonio es evidentemente muy superior. Y lo peor es que Encadesa "se ha convertido en el máximo acreedor" de la SAD sin que a cambio ofrezca "contraprestación alguna". PNB también denuncia que el Betis genera unos 30 millones de euros anuales (televisión, abonos, merchandising...) que van a parar a Encadesa, que a su vez devuelve una cantidad que ha ido menguando con los años: en 2002 eran 26 millones, de 2004 a 2006 bajó a 18 millones y en el último contrato se habla de 14 millones.

Hay más: en ese documento se advierte que el Betis debe 9 millones de euros a las empresas de Lopera por las obras del estadio, "pese a que él mismo reconoce en el juicio por fraude fiscal que las obras fueron realizadas por el Betis", matiza PNB.

La conclusión en este espinoso capítulo es que el Betis ha acumulado "cuatro ejercicios económicos continuados perdiendo dinero -en el actual se prevé un superávit gracias a las ventas de Joaquín y Oliveira- y ha visto disminuido sus fondos propios a la mitad", a lo que se suma que la cuentas "no reflejan la totalidad de los ingresos ni de los gastos".

PNB también realizó un informe a principios de verano en el que revelaba el déficit derivado de la política de fichajes, al menos en la década comprendida entre 1996 y 2006. Y para ello se basa en la información pública disponible en las cuentas anuales del club y extraída del Registro Mercantil. En ese periodo, el Betis adquirió 50 jugadores por 161 millones de euros, la friolera de 26.825 millones de pesetas.

Si se le suman los famosos 30 millones de este verano (Lopera ha presumido varias veces de esa cantidad), el gasto total en los doce últimos años ha sido de 193 millones de euros, pero la rentabilidad ha sido negativa: de los más de 50 jugadores fichados en este periodo, 36 fueron vendidos por un montante global de 42,5 millones; el problema es que costaron 117,2 millones, así que la depreciación es de casi 75 millones.

Siempre según PNB, esta mala política deportiva ha provocado dos agujeros: uno, el citado de las pérdidas derivadas de la venta de jugadores (salvado hace un año gracias a Joaquín y Oliveira); y otro, el de los salarios y la amortización de los fichajes, con el agravante de la larga duración de algunos contratos.

Y eso que el horizonte entre 1996 y 2001 era otro, ya que los 23 jugadores vendidos en esos años generaron un superávit de 1,5 millones, en especial gracias a Roberto Ríos (Athletic) y Alfonso (Barcelona). El madrileño, todo sea dicho, no aparece en el listado adjunto a pesar de que el Betis volvió a ficharlo en 2002. En cuanto a los 25 traspasos entre 2001 y 2006, reportaron un beneficio de 5 millones cuando los futbolistas en cuestión habían supuesto 81,7 millones de inversión.

Al Betis, como casi siempre, le salva la cantera. En los diez años ya referidos, PNB calcula que una tercera parte de los beneficios obtenidos por traspasos fueron generados por jugadores de la casa. Y sin contar a Joaquín...

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