"Lo ochentero vuelve". Ya no es una advertencia, sino una realidad. Así de tajante se mostraba ayer el diseñador sevillano Fernando Claro, que presentó su nueva colección de trajes de novia para el año 2010 en un original acto celebrado en el Hotel EME. "Hemos querido hacer algo distinto a la habitual desfile, así que nos hemos reunido y hemos organizado una fiesta, en la que, mientras el público tomaba una copa, las modelos se paseaban exhibiendo los diseños".
En total, vieron la luz diez vestidos, que tratan de combinar los volúmenes de los años 50 con la estética de los 80, "que está muy de moda", según insistía el creador en declaraciones a este periódico. "Mangas abullonadas, tules de seda y organza, vestidos grapeados con brocados trabajados con perla, en blanco roto o beige son, para Fernando Claro, las características de la novia de 2010.
"La tendencia es volver a lo ochentero, con hombreras y hombros muy marcados", una característica que ya impregnó la presentación de su última colección de pret à porter que mostró en la última pasarela de Andalucía de Moda.
A pesar de lo que se pueda pensar, la crisis no ha afectado a este sector, sino todo lo contrario. "Aunque no le encuentro una explicación clara, lo cierto es que ahora mismo tenemos más pedidos que en años anteriores. Es sorprendente, pero quizá la gente prefiera recortar en el convite o en la ceremonia, pero está claro que en el traje no se ahorra". El precio de los de los vestidos presentados ayer no bajan de los 3.500 euros del más baratos. "El precio depende del tejido y de la pedrería y de lo que cada novia quiera llevar, pero de los 3.500 y 4.000 euros no bajan", señaló el diseñador.