Por Alba Poveda
La señora Wilson, ganadora del premio al animal más original.
Los animales también son solidarios. Pájaros, conejos, perros y hasta un caballo, entre alguna que otra especie, se pasearon ayer por Carrión de los Céspedes para apoyar la labor de la protectora El Buen Amigo. Desde la plaza de la Constitución donde se sitúa el edificio consistorial una legión de mascotas de la localidad bajó por la calle Tres de abril hasta la plaza del Pilar, donde todos los asistentes lucieron sus mejores galas. Cerca de cuarenta animales participaron en el desfile del II Día de la Mascota que tenía como objetivo buscar un hogar para una decena de perros abandonados y dar a conocer la labor de la protectora que los acoge.
Con el requisito de ir disfrazadas, las mascotas iban acompañadas de sus dueños, en su gran mayoría niños. Los más pequeños de la casa son cruciales a la hora de evitar el abandono, según la presidenta de la protectora El Buen Amigo, Cándida Muñoz. «Los niños son los que al final educan a los padres a la hora de cuidar y sentir como uno más de la familia a los animales», sostiene Muñoz. Los participantes debían pagar un euro, destinado a ayudar a la labor de la protectora.
Uno de los alicientes de este encuentro eran los premios al animal más original, el mejor vestido y el animal con más destreza. Ataviada con la equipación de la selección española, Ana Guerra presentaba su siete para salir al campo: cuatro perros de distintas razas que esta vecina de Carrión califica como sus niños. Pese a que dos de sus mascotas son regalos, Ana recogió de la calle a los más pequeños. «Uno de ellos iban a sacrificarlo; el otro, lo encontré en una bolsa de basura recién nacido», explica. La pasión por los perros y su equipación le valieron para alzarse con el premio al animal mejor vestido.
Pero fue un caballo blanco, llamado Señora Wilson, el que se alzó con el premio al animal más original, ya no sólo porque fuera el único ejemplar equino, sino porque demostró su gracia para hacer bailar la falda hawaina que llevaba puesta. Sombra, un perro que acababa de ser operado de una de sus patas delanteras se alzó con el premio a mayor destreza. Además de la ovación del público, los galardonados han recibido un trofeo y un obsequio de la protectora.
Tras la exhibición que algunos perros hicieron de su dominio de los trajes de flamenca, de la delicadeza de los conejos y de la originalidad de una tortuga disfrazada con motivos de fantasía, los responsables de la protectora El Buen Amigo pasearon a una decena de perros que buscan dueño. Según Muñoz, la calle es el mejor lugar para dar a conocer su labor y encontrarles un compañero a estos animales. Localidades como Carrión de los Céspedes, Umbrete o Los Palacios ceden sus espacios públicos para conseguir este objetivo. contra el abandono. A lo largo de un día entre cuatro y cinco perros son abandonados en la calle. Un hecho que se repite sobre todo a los pies de la carretera N-IV, a su paso por Los Palacios, «donde los dueños aprovechan para parar a tomar un café y darle un empujón a sus mascotas», asegura Muñoz. Por este hecho, la presidenta de El Buen Amigo insiste en la necesidad de salir a la calle para intentar que alguien adopte a un perro. Muñoz asegura que el proceso no es complicado: «Lo único que se necesita es interés. Antes de que el nuevo dueño salga acompañado de su perro, la protectora se encarga de incorporarle el microchip, esterilizar al animal y ponerle las vacunas necesarias», explica la responsable.
Desde hace 25 años, la protectora de El Buen Amigo, situada en la localidad de Los Palacios, se encarga de recoger «a los perros desnutridos, heridos y abandonados», explica su presidenta. Aunque esta institución solo tiene capacidad para refugiar a aquellos que son considerados como los mejores amigos del hombre, también atienden las denuncias sobre maltrato a caballos. Además, Muñoz aclara que aunque los gatos son más independientes y se defienden mejor en la calle, también tienen derecho a tener un hogar. Un hecho al que a día de hoy no pueden hacer frente en la protectora, ya que la falta de recursos solo les permite tener espacio para la recogida de perros.
