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Las mejoras en los barrios, ejes de la nueva Sevilla

Los barrios de Sevilla han recuperado todo su esplendor, convirtiéndose así en el lugar idóneo para que los vecinos vivan su día a día en un bienestar.

el 11 ene 2011 / 16:38 h.

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La construcción de una Sevilla moderna, adaptada a las realidades del siglo XXI, no sólo requería el desarrollo de proyectos que mejoraran el escenario empresarial y de movilidad. Por encima de esto se situaba el bienestar de los sevillanos y, para lograrlo, era necesario actuar en los barrios.

La idea de hacer de ellos un lugar donde mejorara la habitabilidad, compaginándolo con la rehabilitación de las zonas en mal estado de conservación, se convertía en una necesidad clave para consolidar esta nueva Sevilla que estaba emergiendo en los comienzos del nuevo siglo.

Con este objetivo, el Ayuntamiento desarrolló a comienzos de 2005 el que sería el I Plan de Barrios, un proyecto destinado a coordinar el inicio de las obras de mejora que los vecinos reclamaban para sus barrios.

En un plazo de tres años, el Consistorio hispalense puso en marcha 66 proyectos de ejecución en los que invirtió algo más 100 millones de euros. Entre las mejoras auspiciadas por este plan supuso en marcha la construcción de los primeros kilómetros del carril bici, creando un nuevo paisaje urbano donde predominaba el verde del transporte sostenible, y mejoras en algunos de los barrios que habían sufrido un mayor abandono en los últimos años.

Una intervención que permitió adecentar acerados y parques infantiles, recuperando espacios que habían sido tomados por los vehículos privados. Durante estos años el paisaje periférico de la ciudad fue transformándose poco a poco, dejando a un lado el mal estado de conservación que tenía y renaciendo a un aspecto más cómodo para el disfrute de sus vecinos.

El éxito de este proyecto animó al Ayuntamiento a poner en marcha la segunda fase de este plan en 2008, una intervención que no sólo mantendría el número de mejoras a realizar sino que, además, contaría con un presupuesto cuatro veces superior al invertido durante la primera fase.

Nació así el II Plan de Barrios, aún por concluir, que se desarrolló en tres parcelas concretas: la reurbanización de barriadas, la rehabilitación de viviendas y la construcción de aparcamientos en la corona del Casco Histórico y en algunos de los barrios más poblados.

Las intervenciones realizadas en barriadas contaron con la aportación de 134 millones de euros, distribuidos por 10 distritos de la ciudad.

Macarena y Amate fueron las zonas más beneficiadas por estas medidas de reurbanización que posibilitaron, entre otras intervenciones, mejoras en el viario y reconstrucción de plazas, soterramiento de contenedores, con especial atención al Casco Histórico, y la renovación de gran parte del mobiliario urbano.

Obras de menor envergadura que coincidieron con otras a mayor escala como los Planes Integrales desarrollados en las barriadas de La Plata y Nuestra Señora del Águila, Tres Barrios, Los Pajaritos, La Candelaria y Madre de Dios, Palmete, Plaza del Platanero en Torreblanca y La Bachillera.

El II Plan de Barrios incluía también la rehabilitación de viviendas, por medio de la Gerencia de Urbanismo, destinadas a aquellos sectores de la sociedad más desfavorecidos, situados bajo el umbral socioeconómico.

La intervenciones se centraron en la mejora y conservación de las zonas comunes de las viviendas, la instalación de ascensores en barriadas de bajo nivel social como el Polígono San Pablo, superando así barreras arquitectónicas que disminuían la calidad de vida de los vecinos, y el fomento de la construcción de viviendas de nueva planta sobre solares.

Un II Plan de Barrios que, en su tercer eje, planteaba la construcción de 17 nuevos aparcamientos subterráneos con capacidad para 6.750 plazas llamadas a regular el mal estacionamiento de vehículos que acababa por convertirse en un escollo para la fluidez de la circulación.

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