Cultura

Las memorias pictóricas del paseante Manolo Cuervo

Vivir en el centro de la ciudad y evitar cruzarse a alguna hora del día con Manolo Cuervo, cuya figura distraída forma parte del paisaje, es una misión con escasas probabilidades de éxito.(Foto: Jose Manuel Cabello).

el 14 sep 2009 / 21:16 h.

Vivir en el centro de la ciudad y evitar cruzarse a alguna hora del día con Manolo Cuervo, cuya figura distraída forma parte del paisaje, es una misión con escasas probabilidades de éxito. Quizás por eso, el pintor y cartelista haya decidido titular su primera exposición retrospectiva Crónica de un paseante.

El propio Cuervo, sin embargo, matiza que el epígrafe bajo el que agrupa un centenar de cuadros y en torno a 70 carteles -un oficio, el de cartelista, por el que se ha hecho muy popular en la ciudad-, tiene más que ver con "la relación que guarda su obra gráfica con la calle, que es donde se exponen los carteles, y con la gente que los ve, normalmente paseantes".

Muchos habrán sido los ojos, pues, que hayan contemplado los numerosos anuncios que se exponen desde el pasado martes en la Casa de la Provincia, a través de los cuales se puede reconstruir la historia de la cultura en Sevilla de los últimos 20 años: festivales de Jazz, los míticos encuentros de Cita en Sevilla, muestras de teatro... "Mi obra tiene mucho que ver con todo lo que ha pasado en esta ciudad, es inevitable", reconoce el artista, que revisa una y otra vez en esta muestra la iconografía jazzística, género del que es un enamorado.

Crónicas de un paseante recoge además más de un centenar de sus cuadros, de muy diverso formato y factura, pertenecientes a las distintas series en las que Cuervo ha venido trabajando desde 1990: Tu cara me suena, Laberinto de papel, Los restos del naufragio, La mujer del cartel y Tratamiento de choque, en la que el artista está inmerso ahora.

"En esta última he incluido cuadros que no tienen nada que ver unos con otros, de ahí el tratamiento de choque. Es el momento en el que me encuentro ahora mismo, no sigo una tendencia lineal, cada obra va por su lado", explica.

Junto con su obra, los montadores de la muestra - "a los que les estoy muy agradecido, entro en la exposición y me siento como en casa", comenta Cuervo- han recreado parte del estudio donde trabaja el pintor nacido en 1995 en Isla Cristina (Huelva), pero afincado en Sevilla desde hace muchísimos años. Un tablón de anuncios, una taza de Micky Mouse, restos de materiales y latas de pintura. Todo ello, dentro de una estética "muy pop, muy alegre y con mucho humor, que son tres ingredientes fundamentales de mi pintura", dice Cuervo, que asegura que que la muestra es un reflejo muy fidedigno de su universo, que se muestra en un fragmento que abarca de 1990 a 2007.

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