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Las mentiras de las dietas

En el campo de la alimentación la rumorología es una especie de dictador al que las masas obedecen en su afán de rendir culto al cuerpo, de modo que nada hay más sensible actualmente a los dimes y diretes que el modo de engullir.

el 15 sep 2009 / 10:53 h.

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En el campo de la alimentación la rumorología es una especie de dictador al que las masas obedecen en su afán de rendir culto al cuerpo, de modo que nada hay más sensible actualmente a los dimes y diretes que el modo de engullir.

El doctor Ramón de Cangas, nutricionista y biólogo, desgrana, en declaraciones a Efe, algunos de los infinitos tópicos y clichés a los que la gente hace caso religiosamente, incluso en productos tan básicos de la dieta como el pan y el agua.

Así hemos pasado del "después de la leche nada eches", al que nadie hacía ni caso y sin base científica, o de las espinacas de Popeye que al final no tenían tanto hierro, a un sinfín de estupideces que esclavizan a los humanos desde el amanecer.

Un ejemplo edificante es el pan. De un tiempo a esta parte ha sufrido el destierro de muchas bocas pese a que no aporta tantas kilocalorías como se suele pensar.

De Cangas manifiesta que lo que engorda no es el pan sino lo que lo rellena y aquello con que se moja o unta, porque en sí mismo es un alimento muy sano y una buena forma de alcanzar las 4-6 raciones de cereales/feculentos recomendadas al día.

Unos quitan la miga porque así engorda menos, algo que es rotundamente falso, según el experto, ya que realmente es la corteza lo que aporta más calorías.

Otros están convencidos de que hay que tostarlo, si bien De Cangas advierte de que una rebanada tendrá siempre las mismas calorías. "La única diferencia es que va a pesar menos", ironiza.

"¿Con sal o sin sal?", se plantean en ocasiones, a lo que el doctor responde que este condimento es "acalórico" y las mínimas cantidades de la hogaza nunca causarán retención de líquidos.

Los defensores del pan integral frente al normal deben saber que la diferencia en kilocalorías de ambos tipos es "mínima", si bien el primero aporta un extra de fibra que ayuda al tránsito intestinal.

El agua sería la siguiente protagonista de esta historia interminable, porque se ha generalizado que beberla antes de comer o entre horas ayuda a adelgazar.

"Es falso", subraya De Cangas, quien hace hincapié en que este fluido no tiene ningún efecto sobre la grasa corporal aunque tomarlo antes de comer produzca cierta saciedad.

No es extraño ver a gente que al tragar casi se ahoga bajo la creencia de que beber entre comidas engorda, pero lo cierto es que las cero calorías de este líquido son "inamovibles", da igual a la hora y en las circunstancias en que se tome, incluso si lleva gas.

Es simpático ver a masas de jovencitas con la botellita en la mano, dale que te pego al frasco para parecerse a Cindy Crawford, olvidándose de que la cantidad que se ingiere debe estar regulada para controlar los niveles de ciertos componentes de la sangre.

Si se toma demasiada, los riñones no son capaces de funcionar lo suficientemente rápido, provocando una dilución de los niveles de componentes como el sodio, el potasio o el cloro.

En cuanto a con qué acompañar la barra, muchos han vuelto al desayuno de la abuela, es decir al aceite de oliva por pensar que nutre y no aporta calorías si es crudo.

Pues tampoco, responde el especialista, al señalar que el de oliva virgen, o cualquier otro tipo de aceite, aporta por gramo unas nueve calorías sea crudo o sometido a una fritura.

Una inmensa mayoría cree que la margarina engorda menos que la mantequilla, pero el nutricionista avisa de que cien gramos de cada uno de estos productos tiene el mismo aporte calórico.

Hay quien dice que es mejor tomar galletas integrales puesto que "apenas engordan" y, sin embargo, De Cangas aclara que el que algo lleve más fibra no quiere decir que tenga menos calorías y alega que estas pastas pueden contener "más grasa que las convencionales".

Y cuando uno se sienta a la mesa, cuántas veces escucha una voz amiga que advierte de que si no mezclas proteínas e hidratos de carbono adelgazas. Para el experto, es un mito promovido por las dietas disociadas y no tiene ninguna base científica.

Explica que los alimentos no están compuestos exclusivamente de proteínas o de hidratos de carbono o de grasas, ya que todos ellos son una mezcla.

La fruta arrastra un mundo de recomendaciones, porque si la tomas antes de comer adelgaza y detrás engorda, pero este manjar tiene las mismas calorías independientemente del momento en que se ingiera.

Es lógico que estas encrucijadas incrementen el nivel de estrés de los ciudadanos, lo malo es que, según las leyendas urbanas, hay personas que engordan por culpa de los nervios.

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