Economía

"Las mujeres están más dispuestas a afrontar el reto de viajar solas"

Enrique Taviel de Andrade es el promotor de Viajes Ibertour, una agencia que se ha reinventado con Solteros Viajeros, una iniciativa que reúne a ‘singles’ para que viajen juntos.

el 02 jun 2012 / 19:25 h.

Enrique Taviel en la sede de la agencia de viajes que dirige, situada en la calle José Laguillo de la capital hispalense.taviel

Enrique Taviel de Andrade (Sevilla, 1978) en un pedagogo que hace dos años decidió emprender la aventura de ser empresario. Optó por montar una agencia de viajes influido por su madre, que se dedicaba a este sector. Eso sí, Viajes Ibertour nació en plena crisis, lo que le ha motivado para llevar a cabo innovaciones dentro del negocio. Lo último: propuestas sólo para singles.

-Viajes para solteros. ¿Es un buen negocio?
-La empresa es Viajes Ibertour, pero en ella hay varias líneas de negocio. Surgió como una agencia normal en 2010, en plena crisis, justo cuando cerraron Marsans y Crisol. Quería empezar un negocio propio con mi socio -Miguel Ortega- y, cuando abrimos, nos dimos cuenta de la coyuntura. Había dos opciones: o limitarse al negocio tradicional o cerrar. Con las agencias ha pasado como con las inmobiliarias, que el mercado estaba sobresaturado y muchas han desaparecido. Con este panorama, empezamos a plantear productos para buscar nosotros al cliente y no al revés. Así surgieron marcas propias. Junto a Solteros Viajeros, pusimos en marcha La aventura empieza aquí, para viajes de universitarios, Mundinovios, aparte de la matriz, Ibertour Viajes.

-¿Piensa exportar este modelo a otros lugares?
-Queremos crecer a través de franquicias. De hecho, la primera se está poniendo en marcha en Bilbao. La que abre cuenta con el uso y disfrute de todas las marcas y le damos canal de ventas a cada una de ellas. Queremos tener puntos de venta en toda España, para que la gente cierre su viaje en un negocio tradicional. Muchos miran por internet pero no se fían de cerrarlo todo a través de la web, por lo que es positivo contar con un establecimiento donde el cliente pueda ver al vendedor cara a cara. Somos una agencia de viajes camaleónica, ya que estamos especializados en cada uno de los canales a los que nos dirigimos y cada marca cuenta con una persona de contacto.

-¿Por dónde comenzará la expansión?
-Tenemos sede en Sevilla y Barcelona y, una vez que nos instalemos en Bilbao, queremos llegar a Madrid, Galicia y Valencia. No conozco ningún modelo de negocio en el sector como el nuestro. Algunos franquician su marca pero no ofrecen tantos canales de venta distintos a sus clientes. Espero que se note la innovación que estamos aplicando.

-¿Qué proyectos afronta?
-Queremos abrir nuevas marcas. Una de ellas será Siete Tierras, dedicada a viajes de lujo y a medida, que superan los 4.000 euros, y otra que llevará por nombre Crucerix , de cruceros. También damos soporte a las franquicias con Ibertour Empresas, que está enfocada a los viajes de empresa. Además, de este modo, los nuevos establecimientos se beneficiarán de parte de los clientes que hemos hecho, porque les derivaremos por zonas a los que vayan abriendo.

-Al tener tantas marcas distintas, ¿consigue romper con la estacionalidad?
-Solteros Viajeros es la línea que está más evolucionada. La de universitarios se desarrolla durante cuatro meses al año, pero es importante en ingresos. La de novios también es más estacional. Los solteros viajan todo el año. En cualquier caso, se complementan.

-¿Qué perfil tienen las personas que viajan como solteras?
-Sobre todo mujeres de entre 30 y 55 años y de poder adquisitivo medio-alto. Son más del 80%. Nos hemos quedado alucinados, aunque deberíamos haberlo sospechado, porque comenzamos con esta línea de negocio a partir de un viaje promocional a un crucero donde había un grupo de solteros y la mayoría eran mujeres. Ellos nos dieron la idea. Las mujeres están más dispuestas a afrontar el reto a la hora de viajar solas.

-¿Qué define estos viajes?
-Se asocian con la juerga y las copas y es erróneo. Es gente que quiere viajar pero no sola o quiere conocer a otras personas. También hay muchos divorciados que viajan con niños y hay ofertas especiales para ellos. Está teniendo mucho auge. Hay que eliminar el cliché de que la gente lo que quiere cuando se apunta a un viaje de solteros es emborracharse.

-¿Cómo se defiende del poder internet en el sector?
-Es difícil, pero sabíamos que no podíamos luchar contra portales como Trivago o Edreams. Al principio es complicado darse a conocer por internet, aunque haciendo un buen uso de las redes sociales poco a poco se abre mercado. Nuestro canal de venta on line se complementa con la sede física, que da confianza. Hay productos de bajo coste, como algunos hoteles o vuelos, que la gente se autogestiona, pero cuando alguien se gasta el dinero en un viaje de novios quiere que le ayuden. Las agencias nos estamos convirtiendo en asesores para los viajes de valor. No todo el mundo tiene que entender de todo y si no eres especialista te puedes volver loco.

-¿Con la crisis se nota el cambio en los destinos?
-Mucho. El perfil de cliente que antes se permitía un viaje de 1.500 euros ahora no pasa de 800. En cualquier caso, esto lo sabemos por otros, que cuentan que además que se gastaban cantidades más elevadas sin necesidad de salir a buscar al cliente. Lo bueno es que nacimos con la crisis y estamos acostumbrados a esto. En la actualidad hay mucha gente que contrata con tiempo para ir pagando poco a poco porque se autoimpone plazos.

-¿Y sus precios respecto a los de la competencia?
-La caída de Marsans marcó un antes y un después en el sector turístico. Vendían por debajo de precio para obtener liquidez y así ir pagando sus deudas y eso era insostenible para las agencias más pequeñas. En realidad, era un timo piramidal que al final explotó. En cualquier caso, desde entonces sólo hemos abierto nosotros en Sevilla y El Corte Inglés dos puntos de venta. Ahora no hay tanta competencia desleal, incluso se puede decir que el entorno es de colaboración y que nos ayudamos a vender

-¿Cómo llegó al mundo de la empresa?
-Soy pedagogo y trabajaba en temas de formación en una plataforma on line donde no tenía posibilidades de crecer y desarrollar proyectos. Hace dos años me encontré con el dilema moral de seguir con mi trabajo o emprender. Aquí no se nos enseña a apostar por nuestras propias ideas pero decidí que prefería estar mal llevando a cabo mi propio proyecto que trabajar para otro. Lo he hecho luchando contra toda la educación recibida, que marca justo lo contrario. Poco a poco me formé en el tema empresarial, pero empezamos con 15.000 euros porque el banco no daba nada. No hay plan B. Vamos al día porque creemos en nuestra idea.

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