Javier Albisu (EFE)
La escritora Carmen Posadas se ha trasladado a París para seguir los pasos de la protagonista de su novela La cinta roja, Teresa Cabarrús, una española "aristócrata, reina de la guillotina, amante de emperadores y revolucionarios, princesa, espía y madre de diez hijos" en la época de la Revolución Francesa.
"Los franceses son mucho mejores convirtiendo en suyos a personajes de otros países. En España pasa lo contrario", explicaba a Efe Carmen Posadas mientras recorría las calles y los edificios del París revolucionario, escenario de su última novela (disponible ya en las librerías) sobre una apabullante dama, célebre en Francia y casi completamente desconocida en España.
En La cinta roja, la escritora uruguaya afincada en Madrid reconstruye la vida de Cabarrús, un personaje impactante, "frívolo pero de buen corazón" que guió la mano de su gran amor, el revolucionario Jean-Lambert Tallien, para acabar con el también revolucionario Robespierre, quien había instaurado un régimen de terror, pues entendía que sus enemigos personales lo eran de toda Francia.
Cabarrús llegó a los doce años a París por orden de su padre, un pequeño burgués español y fundador del Banco San Carlos, primera tentativa de un banco central en España, que había amasado una pequeña fortuna gracias a la fabricación de jabones y que envió a su hija a la capital de Francia para que se "casase bien", explica la autora de otras novelas como Cinco moscas azules.
Ascenso . Desde la parisina Isla de Saint-Luis donde vivía junto a Madame Boisgeloup, viuda de un consejero del Rey que pertenecía a la llamada aristocracia de toga (abogados, notarios, magistrados...) que se habían convertido en un vínculo entre la aristocracia y las clases inferiores, Cabarrús pronto comenzó a ascender socialmente.
"Fue una mujer muy fuerte, muy intuitiva y, sobre todo, supo manejar muy bien su belleza. Una cosa es ser bella y otra saber manejar bien la belleza, que no siempre va unido", comenta Posadas, ganadora en 1998 del Premio Planeta por su novela Pequeñas infamias.
La que fuera esposa del ex gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, asegura que "las mujeres siempre han ejercido el poder en la sombra. Para poderlo hacer, nunca hemos tenido la fuerza bruta, por lo tanto hemos tenido que desarrollar una artes un tanto sinuosas", concluye.