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«Las naves de Renfe fue la mayor promesa y el mayor fracaso»

Entrevista al presidente de la asociación de vecinos San Jerónimo-Alamillo.

el 08 dic 2014 / 12:00 h.

BARRIO DE SAN JERONIMO Es una de las reivindicaciones históricas del barrio y la que más se resiste, ¿para cuándo la apertura del centro cívico en el monasterio de San Jerónimo? —Hace dos años nos dijeron que iban a abrirlo en un año. Nos dicen que sí que próximamente pero nunca llega. No sabemos en qué situación se encuentran actualmente las obras. Tenemos conocimiento de que ya se ha sacado a concurso el mobiliario. Es casi una década de obras y continuos parones pero finalmente será una obra de arte y un baluarte turístico para este barrio y para la ciudad en general. Este Gobierno municipal ha estado siempre encima. Con lo que quedaba han tardado cuatro años. No sé si estará para antes de las elecciones. —En abril de 2011 el alcalde estuvo aquí y presentó un proyecto para dar uso a las naves de Renfe, según dijo,  «con muy poco dinero y de una manera muy rápida», ¿qué fue de aquello? —La idea era hacer un centro de nuevas empresas y que fuera referente de las nuevas soluciones arquitectónicas para edificios abandonados. El alcalde lo presentó poco antes de las elecciones municipales. Fue la mayor promesa que hizo a este barrio y ha sido también el mayor fracaso. Tras varias reuniones e insistencias nuestras, ha quedado descartado. Esperemos que no vuelvan por aquí a prometer lo que no pueden cumplir. —Descartada esa ida, ¿cuál es ahora vuestra propuesta? —Queremos que se ponga en uso, ya sea con financiación pública o privada. Pero, antes de nada, que se adecente el solar y se valle. Personalmente he llegado a plantear un proyecto de movilidad en el que seguro estarían interesadas firmas locales relacionadas con el mundo del motor. No estaría mal que aquí se hiciera una pista de aprendizaje para motos y ciclomotores. —Al margen de estos proyectos, ¿cuál es la situación de la plaza de abastos de San Jerónimo?  —Tiene una imagen completamente mala. No se ya cómo será su circunstancia económica. Tiene serios problemas de infraestructuras y de mantenimiento. Se ve que está dejada de la mano. Hay también muchos puestos que han cerrado. Habría que darle un cambio como se ha hecho en otros barrios. Es una situación lamentable. —¿Se han mejorado los problemas de los accesos a la ciudad a través de las avenidas de San Jerónimo y José Galán Merino? —Son las dos entradas principales a Sevilla para toda la zona norte (San José, La Rinconada, La Algaba...) y que soportan bastante tráfico. Hemos pedido rebajar o estar encima de la velocidad para  intentar bajar la intensidad del tráfico, así como reasfaltar la carretera para corregir las deficiencias del firme que provocan demasiados ruidos. Al final, como dicen que no hay dinero, se ha parcheado en las grietas y zonas más malas, pero seguimos insistiendo en que hay que asfaltar de nuevo todo como se ha hecho en Bueno Monreal. —El último pleno del distrito condenó públicamente las pintadas amenazantes hacia su persona tras haber denunciado problemas de convivencia con los asentamientos de la zona... —Afortunadamente todos, menos IU, denunció los hechos. Pero mucho me temo que no van a terminar aquí. —Este barrio ha salido a la calle contra el proyecto de la mezquita y recientemente para que abriera el parque infantil que hay junto a la ribera del río...   —Siempre hemos defendido los intereses del barrio, más allá de cualquier otra cuestión. La protesta de los parques fue muy emotiva: se concentraron padres con carritos de bebés a las puertas de estos recintos. Al día siguiente, estaban abiertos. Ahora queda que soterren los cables de alta tensión. —Nuevos parques, restauración del templete... ¿alguna obra de reurbanización en estos últimos años? —La verdad es que no se han hecho grandes obras. Eso sí, todo lo que hemos ido diciendo de pequeñas actuaciones, se ha ido haciendo. La línea 3 de Tussam te pone en el Centro en diez minutos. Nos falta el Metro, y a ser posible soterrado.

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