Sigue vivo en los juzgados el caso de las niñas de Marín, los cinco hijos (cuatro hermanas y un hermano) concebidos fuera del matrimonio que reclaman la herencia de Antonio Marín, fallecido en los años sesenta.
Hace más de dos años que los cinco hermanos consiguieron que se reconociera que Marín era su padre y poder usar los apellidos. Desde noviembre de 2005 pelean por la parte de la herencia que, según ellos, su madre, Pastora Gómez, ya con 80 años, y su abogado, Fernando Osuna, les corresponde como hijos legales del fallecido.
Osuna explica que Antonio Marín, un acaudalado propietario, no reconoció a sus hijos porque el adulterio era delito en los 60, y la conciencia social de la época, "reprobaba gravemente las relaciones extramatrimoniales".
El juicio no se ha celebrado aún "porque uno de los herederos legales, que vive en Sevilla, no ha podido ser localizado para que asista al juicio", señala Osuna, "así que vamos a citarlo por edicto del juez, un medio de citación al que se recurre cuando alguien no aparece o rehúye a la justicia", explica el letrado, que confía que la medida sirva para que por fín se lleve a juicio la reclamación de las niñas de Marín.