Un año después de la inauguración de la línea 1, los proyectos de las líneas 2, 3 y 4 están aún en una fase muy inicial. Están los trazados y un anteproyecto técnico, pero no los proyectos de construcción. Sea por el impulso de un proceso participativo, como señala la Consejería de Obras Públicas, o por los problemas surgidos en la negociación con el Ayuntamiento y a su alrededor -coincidió con la crisis municipal por el anuncio de que el alcalde no repetirá- lo cierto es que hasta principios de 2011 no podrán licitarse las obras. Es el único trámite que la Junta espera completar antes de las elecciones municipales. La adjudicación y el inicio real de los trabajos quedarán para más adelante: para 2011.
Pese a que las consultoras trabajan desde hace dos años en el diseño de las líneas 2, 3 y 4, y aunque se han realizado ya catas tanto en la Ronda como en el Centro histórico, los proyectos aún requieren de una fase de maduración, como admitió la propia Consejería de Obras Públicas. Hay distintas opciones encima de la mesa -especialmente en la línea 3 en la zona Sur a partir del Prado de San Sebastián, y en Sevilla Este- y ni siquiera está resuelto el presupuesto global. Rosa Aguilar, tras ser requerida por el PP, dio una aproximación: el coste máximo de la ampliación de la red será de 3.000 millones de euros, cinco veces más que lo que costó la ejecución de la línea 1.
La horquilla es aún demasiado amplia. Depende de si la Junta impulsa un modelo mixto, con una parte en superficie, o si se impone el argumento de que todo debe ser subterráneo. Casi 800 millones de diferencia. La línea 2 podría costar entre 825 y 1.100 millones; la línea 3, entre 650 y 900; y la línea 4; entre 800, y 1.150 millones de euros. Todas partirán con un presupuesto muy superior a la línea 1, que sufrió un desvío presupuestario de más de un 40% durante su ejecución y que alcanzó finalmente los 690 millones de euros. En total, si se cumplen estas previsiones, la red de Metro de Sevilla habrá costado 3.800 millones de euros.
Aguilar aseguró ayer que se quiere aprender de lo ocurrido con la línea 1 y evitar modificaciones una vez que ya esté aprobado el proyecto constructivo. Pero el modelo será similar: "Vamos a apostar por una vía de colaboración público-privada con una mayor presencia en la gestión de lo público". Este modelo de financiación se complementará con una reivindicación que expresó la propia consejera ayer en el Parlamento: "Ya hemos hablado para que el Gobierno central aplique en Sevilla el mismo modelo de colaboración en la financiación que ha llevado a cabo con los metros de Madrid o Barcelona".
Pero estas conversaciones aún no están cerradas y pese a las reclamaciones de PP e IU, la consejera de Obras Públicas no concretó ayer de dónde saldrán los recursos para una obra de estas dimensiones y cómo se va a financiar el inicio de los trabajos. Aguilar se limitó a rechazar la existencia de problemas económicos: "Los proyectos han avanzado en todo momento sin ningún condicionante presupuestario. Hay fondos suficientes y las partidas están debidamente fiscalizadas y asignadas".
