Ha sido lo que se esperaba. Atascos, retenciones, conductores que no sabían hacía dónde debían ir, todo es el resultado del inicio de las obras del tranvía a su paso por la zona norte, la más habitada de la ciudad.
Cinco minutos se convierten en 20 cuando en vez de atravesar la Avenida de la Constitución a las diez de la noche lo haces a las nueve de la mañana y es que, aunque los cortes de tráfico por las obras del metro comenzaron el pasado viernes, la eliminación de un carril en sentido a la calle Silos y los dos en la calle Ramón J. Sender ha supuesto un verdadero caos, sobre todo en las horas punta.
Ayer a lo largo de casi toda la mañana el tráfico discurría muy denso, pero entre las 13.00 y 15.00 horas, el caos fue la tónica dominante. La salida de los trabajos desde los polígonos industriales para entrar en la ciudad y desde la ciudad para dirigirse a Sevilla, provocó numerosas retenciones.
SORPRENDIDOS. Los trabajos del metro, aunque anunciados, sorprendieron ayer a los vecinos de las zonas afectadas que asumen con resignación los desvíos de tráfico.
Aunque estas obras estaban oficialmente anunciadas y minuciosamente explicadas en el punto de información de la calle Pablo Picasso, sorprendieron ayer a vecinos y viandantes que desde primera hora sufrieron las primeras estrecheces en las vías y el ruido de las máquinas levantando acerados.
Los residentes, aseguran asumir los trabajos con resignación y no pueden ocultar la preocupación que les genera perder espacio para estacionar sus vehículos, Miguel Moreno explica que "ni siquiera nos han anunciado el inicio de las obras, nos hemos enterado por el periódico" y sobre todo se siente preocupado por "los aparcamientos que perdemos con el paso del metro".
En el caso de los comerciantes, estos temen ver mermados sus ingresos durante la ejecución del proyecto. Así lo manifestaba Juan Miguel García propietario de un negocio en la zona A pesar de parecerle "extraordinaria la llegada del Metro", ya que no tendrá que coger más el coche, expresó su inquietud al declarar que la mayoría de sus clientes "suele aparcar dos minutos en doble fila, y con las obras no podrán".
