Emana se recuperó y viajó a Las Palmas.
Ser el líder de una categoría en la que hay otros dos equipos igualados a puntos con el primero y cuatro rivales más en disposición de superarlo o empatarlo significa que cada jornada es una reválida, un test de exigencia máxima y una prueba de madurez. Ser el líder de una categoría tan equilibradísima implica que un fallo, un desliz, siquiera un empate, equivale a perder el puesto de ascenso. El Betis es el líder de Segunda y hoy le toca defender su privilegiada plaza y enfrentarse a toda esa presión en un campo difícil, diríase que gafe, allí donde no gana desde una tarde de 1988 en la que un gol en el último minuto le valió para evitar el descenso y allí donde hace apenas unos meses otro gol en el último minuto, esta vez en contra, lo privó un poco más del ascenso. El Betis visita a la Unión Deportiva Las Palmas y la cantinela argumental de las jornadas precedentes bien vale para definir este nuevo reto de Pepe Mel y sus hombres: si ganan, tendrán la meta tres puntos más cerca; si no lo hacen, posiblemente acabarán la jornada fuera de la zona de ascenso directo.El entrenador verdiblanco se encontró ayer de golpe con un contratiempo inesperado a horas sólo de volar hacia Las Palmas. Bueno, más que de golpe fue de balonazo. Con el entrenamiento casi finalizado, alguien chutó y sin querer envió el balón hacia la mano izquierda de Salva Sevilla, al que el impacto cogió por sorpresa. Resultado: fractura del cuarto metatarsiano y tres semanas de baja para el almeriense. La contrariedad pone el broche no de oro sino de todo lo contrario a una semana pródiga en problemas en Heliópolis, desde la tendinitis de Miguel Lopes a las gastroenteritis de Emana e Israel. Por suerte para Mel, estos tres hombres forman parte de la expedición, compuesta en todo caso por 19 futbolistas en previsión de que el dichoso virus intestinal no haya acabado su gira por la plantilla del Betis.
El sustituto de Salva en el once, por cierto, debe ser Juande, con más rodaje que el también recuperado Beñat o Cañas. Si no hay ninguna sorpresa que no se espera, el resto de la alineación no sufrirá modificación alguna respecto al esquema que tan bien le está funcionando a Mel. En Sevilla se quedan hombres como Fernando Vega, al parecer señalado tras la derrota en Albacete, y Arzu, al que el técnico aún ve a un tono físico insuficiente para competir a este nivel.
UN RIVAL INVICTO. En el estadio de Gran Canaria, el Betis se enfrentará a un adversario que todavía no ha perdido. Sólo otro equipo (la otra Unión Deportiva, el Salamanca) comparte esa condición de invicto con Las Palmas. La escuadra que dirige el ex central Paco Jémez viene de ceder dos empates consecutivos (ante el Granada y en Huelva), pero en la isla aún se refriegan los ojos al otear la clasificación y ver que la UD anda peleando por el ascenso con un equipo repleto de canteranos que mezcla chavales recién llegados de Las Palmas Atlético con veteranos de la casa. Sólo en el once titular, Ruymán (a punto de cumplir 24 años), Aythami (22), Jonathan Viera (20, hablan maravillas de él) y Vitolo (20) alternan con David García (28), David González (29) y el más veterano de todos, Guayre (30). Y en el bando rival, Rubén Castro y Momo. Lo que son las cosas: un ex amarillo es el mejor atacante del Betis y un ex bético (Álvaro) es el pichichi de Las Palmas. Y son dos de los mejores ataques del campeonato. Partido atractivo, por tanto, entre un favorito y un modesto que sin embargo alcanzará al Betis si le vence. Ser el líder de una categoría tan apretada incluye esos riesgos.
