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Las playas de Chipiona se nutren del lodo dragado del río

La consejería de Agricultura y Pesca obligó al Puerto a cambiar este año de depósito marino

el 19 sep 2011 / 19:30 h.

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Mientras que se debate si es viable o no el dragado de profundización que pide el Puerto para el Guadalquivir, lo que permitiría la entrada de barcos más grandes , las tareas de limpieza del cauce del río que se realizan todos los veranos casi han terminado y lo han hecho con novedades. La consejería de Agricultura y Pesca obligó al Puerto a cambiar el sitio debajo del mar donde depositaba siempre el material dragado, se incrementaron los controles medioambientales y se puso los lodos extraídos a disposición de la Demarcación de Costas para su uso en la regeneración de las playas de la desembocadura del río, para lo que se realizaron ensayos y medidas adicionales en la zona de Broa y Salinas.

Estas novedades, según la Autoridad Portuaria, han hecho que el coste del dragado anual haya incrementado, un gasto extra que tuvo que asumir el Puerto. Los resultados de esta limpieza del río -con un presupuesto inicial de 2,33 millones de euros- y la del próximo año serán claves para que el Ministerio de Medio Ambiente dé el visto bueno al polémico dragado de profundización que pide el Puerto -con un presupuesto de más de 30 millones- para ganarle dos metros de profundidad al canal de navegación. Pero lo cierto es que dicho dragado es cinco veces mayor al que se realiza todos los veranos, de ahí la importancia de analizar lo que sucede a pequeña escala en la flora y fauna del río cuando se mueven gran cantidad de lodo.

En concreto, este año se dragó en el 17% de la longitud del canal y se extrajo 552.000 metros cúbicos de arenas, arcillas y limos, material de categoría I, es decir, no contaminante. Un 69,7% de esta tierra se depositó bajo el mar y el 30,3% restante en recintos terrestres como las playas de Chipiona.

Ante la petición de la Demarcación de Costas de Andalucía Occidental-Atlántico para reutilizar el material dragado en la regeneración de las playas de la desembocadura, el Puerto realizó ensayos y medidas adicionales, según informó, y puso la tierra a disposición de la Demarcación.

En cuanto al depósito marino, cambió este año por petición expresa de la Consejería de Agricultura y Pesca. El nuevo vaciadero está más alejado de la desembocadura, por encima de la isóbata de 20 metros de profundidad, lo que supuso un sobrecoste "apreciable" de las tareas de dragado, según el Puerto, que defendió que usó equipos de dragado (succión en marcha) que generasen una menor turbidez.

Según la Autoridad Portuaria, incrementó las medidas de control medioambiental este año (como le instó el Ministerio), introduciendo las recomendaciones del comité científico que elaboró la Propuesta Metodológica para diagnosticar y pronosticar las consecuencias de las actuaciones humanas en el estuario del Guadalquivir, un informe que desaconseja el dragado de profundización mientras no mejoren las condiciones del río, pero que estima "necesaria" la limpieza que se realiza cada verano.

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