Las rebajas de verano ya no son lo que eran. Rebasado el ecuador del hasta ahora reglado periodo de rebajas estivales, el comercio sevillano alerta ya de un descenso importante de ventas, que en el caso de algunas tiendas llega a alcanzar hasta el 30% de su facturación. La caída en las ventas ha sido tan evidente que algunos comerciantes hablan ya sin tapujos de unas rebajas de verano históricas, por pésimas. A falta del balance oficial de Aprocom, que no ofrecerá datos cerrados hasta el 31 de agosto, el descenso generalizado en las ventas ha marcado el primer mes de las rebajas veraniegas. Ni los agresivos reclamos de los escaparates, con carteles que pregonan ya a estas alturas terceras rebajas, últimos precios y remates finales, logran reactivar la actividad en los establecimientos comerciales de las calles más céntricas de la ciudad, donde sólo los anuncios de liquidación por cierre son capaces de originar colas tras el mostrador y atraer a una nutrida clientela en busca de gangas increíbles.
El vicepresidente de Aprocom, Tomás González, rehúye de poner cifras a este declive en las ventas, aunque reconoce que las expectativas para estas rebajas no se están cumpliendo. Y eso a pesar de que la patronal del comercio tampoco concebía grandes expectativas para este periodo y más bien se conformaba con alcanzar las cifras de 2012, un año ya considerado malo para el comercio y caracterizado por una bajada en la facturación de un 10% respecto a 2011. Tras el mostrador de su comercio, la tienda de ropa de hombre Noguel, en la calle Tetuán, González lamenta la anarquía a la que nos ha conducido la nueva normativa nacional por la que los comercios pueden colgar el cartel de rebajas cuando quieran, lo que a su juicio desorienta y confunde al ciudadano y genera inseguridad en el consumidor. Esto ha propiciado que se vieran comercios que ya a finales de mayo colgaron el cartel de rebajas o que, a día de hoy, en algunos escaparates del Centro ya se esté vendiendo la ropa de la temporada de otoño-invierno. Las primeras rebajas de verano sin restricciones en su duración han acabado con el efecto tirón de este tradicional periodo promocional y lo que en años anteriores era un marco bueno para vender los restos de la temporada ahora se ha convertido en una anarquía que desorienta al consumidor.
No hay que caminar muy lejos de la calle Tetuán para pulsar entre los comerciantes el declive en las ventas de la temporada estival. En Galerías Madrid, en la calle Cuna, comercio especializado en tejidos, trajes de flamenca, disfraces y cortinas, su encargado, Jerónimo Jaraba, afirma que estas rebajas están siendo las más malas desde hace muchos años, peor incluso que las del año pasado y cifra entre un 15 y un 20% la caída en las ventas. Otros años por estas fechas, la gente se animaba a cambiar las cortinas de las casas en la playa. Este año es dificilísimo.
Carlos García, el administrador de Galán Camisería en la calle Sagasta, asegura que las rebajas marchan flojitas para su negocio con un ligero descenso en las ventas respecto a 2012. Más preciso es Enrique González, dueño de dos zapaterías en la calle Córdoba (La Mallorquina y LM), quien a falta de tres días para cerrar julio comprobaba con cifras reales que la facturación de sus tiendas había descendido un 32% respecto a 2012. La venta de alpargatas se ha reducido casi a la mitad y poca gente apuesta ya por la marca nacional, más cara que la de importación. Y mientras, otras tiendas no superan la crisis y optan por echar el cierre. C&A clausurará el 14 de agosto su tienda de Puente y Pellón; y en la calle Córdoba la tienda Francisco Moda Hombre liquida ya sus últimas existencias antes de echar la persiana el próximo 8 de agosto.
