Los bocadillos ganan a la pensión completa, la Península al extranjero y el fin de semana a los diez días. El equipaje de los viajeros también ha notado la crisis, que ha convertido la primera operación salida del verano en un asome tímido a las vacaciones. Hay, incluso, quien se queda sin ellas.
Ayer no era un día cualquiera. Miles de sevillanos encaraban el inicio de sus vacaciones e iban a protagonizar la primera operación salida del verano. Las ganas y la excitación eran las mismas que otros años, pero no sus equipajes.
Menos ropa y más víveres para los escasos días que pasarán en sus destinos. La desaceleración económica se está notando en las vacaciones: más cortas, más cerca y con menos recursos. Y eso si se tienen; hay quien este año optará por el aire acondicionado en lugar de la brisa marina y por el sofá de casa en vez de alguna terraza europea.
Es el caso de Carmen Costa. El año pasado fue a Italia con unos amigos, "pero este año, con la hipoteca, me quedo sin vacaciones", asegura mientras acompaña -como muchos de los que ayer llenaban los pasillos del aeropuerto de San Pablo- a su amiga Esperanza, que va a coger un vuelo.
Ella sí viajará porque, como explica orgullosa, "he ahorrado como una hormiguita todo el año". Se va a la Toscana. Es una de las pocas que, de momento, no se ve afectada por la situación económica. Todo lo contrario que Luisa y Natividad. Su viaje no es como todos los veranos. Han estado "por todo el mundo", incluso el año pasado realizaron un crucero por Noruega. Pero este año es distinto: "Vamos a Lisboa porque el dinero no da para más", explica Natividad, quien además hace hincapié en que "nada más que tenemos media pensión".
Para Inmaculada Pérez, que va con su marido a Londres, "lo mejor para viajar es buscar cada cosa por separado: si buscas el vuelo por internet y el hotel por agencia, el viaje sale más económico". De hecho, ésta es la tendencia creciente entre el pueblo llano.
Concepción García, responsable de una de las oficinas de Viajes Triana, explica que "la compra de los paquetes completos se ha reducido, la gente está cambiando la comodidad por lo económico". Y eso que, "los billetes cada vez están más caros". Álvaro Ojeda se va a casa de unos amigos a Barcelona. Se ha decantado por una compañía de bajo coste y aun así asegura que "cada vez te cobran más por todo, la subida del carburante está acabando con los vuelos low cost".
Sin embargo, para algunos: ni vuelos de bajo coste, ni comprar las cosa por separado, ni irse un fin de semana. La subida del nivel de vida ha podido más que las ganas de viajar. Va otro ejemplo: la familia Sánchez se quedará en casa todo el verano, o Paqui, que también dejará el viaje para el año que viene.
Y así hasta miles de personas que no tendrán unas vacaciones como en años pasados y que están haciendo que el panorama turístico "sea regular". Así lo resume Antonio Távora, presidente de la Asociación Provincial de Agencias de Viaje, quien asegura que a finales de mayo "las previsiones de reserva para el verano eran de menos del 40%, una cifra inferior a la de otros años". La gente "va a por las ofertas de última hora". Sea como sea, la gente lo que quiere es desconectar: aquí o fuera. "Al fin y al cabo, son vacaciones".
