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Las protestas de la etnia mayoritaria Han alimentan la tensión en China

Los chinos de la etnia Han, mayoritaria en el país, salieron ayer a la calle en la capital de Xingiang, Urumqi, en busca de los uigures musulmanes, a quienes acusan de haber cometido una masacre durante las protestas del pasado domingo, donde hubo 156 muertos y más de mil heridos.

el 16 sep 2009 / 05:23 h.

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Los chinos de la etnia Han, mayoritaria en el país, salieron ayer a la calle en la capital de Xingiang, Urumqi, en busca de los uigures musulmanes, a quienes acusan de haber cometido una masacre durante las protestas del pasado domingo, donde hubo 156 muertos y más de mil heridos.

Miles de Han armados con garrotes, porras eléctricas, machetes y otras armas recorrieron ayer las calles de la capital de la región autónoma uigur de Xinjiang a la busca de los uigures, que el domingo mataron incluso a niños, e intentaron asaltar la mezquita Hantengri, con el fin de atacar a los refugiados en su interior. El pasado domingo al menos 156 personas murieron, 1.080 resultaron heridas y 1.434 fueron detenidas en enfrentamientos entre la población musulmana uigur y las fuerzas de seguridad chinas, según informó ayer el comité regional del Partido Comunista de China (PCCh).

"El gobierno no va a hacer justicia, no nos queda más remedio que ocuparnos nosotros de eso", explicó uno de estos airados Han, quien añadió que las fuerzas armadas no reprimirán a los uigures por miedo a la reacción internacional. Las autoridades declararon el toque de queda en un intento de frenar la escalada de violencia. El secretario del PCCh en la región de Xinjiang, Wang Lequan, informó de la medida, que prohibirá a los ciudadanos salir a la calle desde las 21.00 hasta las 8.00 de mañana, "para evitar un aumento del caos".

Pero parece que los soldados hicieron ayer poco por detener a los enfurecidos Han, que marchaban cantando el himno nacional chino o corrían armados ante cualquier rumor de que un uigur había sido avistado. "No me atrevo a salir a la calle", señaló a Efe una uigur apellidada Han, y añadió que las acciones de los uigures el domingo fueron "crueles e inhumanas", la versión que defiende el Gobierno chino.

Xinjiang es desde el domingo un polvorín en el que estallan altercados cada hora. En algunos de ellos, en los que varias personas recibieron palizas y resultaron heridas, las fuerzas armadas lanzaron gases lacrimógenos contra la muchedumbre. La chispa del conflicto saltó en Cantón, en junio, cuando un grupo de obreros uigures fueron linchados al ser acusados falsamente de haber violado a dos jóvenes de la localidad, y éstos mataron a dos miembros de la etnia e hirieron a otros 118.

El pasado domingo, un grupo de 300 estudiantes uigures convocaron una protesta para pedir justicia por ese linchamiento y empezaron a marchar, de forma pacífica, desde la Plaza del Pueblo, congregando a miles, pero al llegar al bazar de Döng Körkük, otro grupo de uigures violentos empezaron a atacar a gente de todas las etnias.

Las imágenes de vídeo grabadas ese día muestran dos conflictos distintos en dos lugares de la ciudad: por un lado la manifestación y por otro explosiones en otra zona, una situación confirmada a Efe por una joven de etnia uigur que trabaja en una radio oficial. Sin embargo, la versión más extendida entre los Han que es que los dos grupos de uigures eran violentos y que asesinaron a más de 150 personas e hirieron a un millar en pocas horas.

Los testigos dicen no saber explicar el alto número de muertos, menos en el barrio uigur, donde la versión es que el Ejército cargó contra todos: uigures, han y el resto de minorías de la capital. Se trata de la segunda revuelta étnica en un año en China, después de que en 2008 Pekín reprimiera otra similar en el Tíbet, con 22 muertos según datos oficiales, donde el número de colonos chinos ha aumentado y se han hecho con la economía local.

fracaso. Esta violencia demuestra que las políticas étnicas del gobierno del Partido Comunista de China han fracasado. Sin embargo, al igual que hiciera el año pasado al acusar al líder espiritual tibetano en el exilio, el Dalai Lama, Pekín culpó de nuevo a elementos exógenos, en esta ocasión a la candidata al Nobel de la Paz, Rebiya Kadeer, exiliada en EEUU desde 2005.

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