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Las protestas envuelven la visita del Papa a Santiago y Barcelona

Benedicto XVI viaja por el Año Xacobeo y la consagración de la Sagrada Familia.

el 05 nov 2010 / 20:44 h.

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Unas peregrinas de Teruel, en su recorrido por el Camino de Santiago, pasan ante un cartel que anuncia la visita papal.

El Papa, Benedicto XVI, peregrina hoy a Santiago de Compostela, primera etapa de su visita de dos días a España, que le llevará también mañana a Barcelona, donde dedicará a Dios el templo de la Sagrada Familia, la obra cumbre de Antoni Gaudí considerada la gran catedral del siglo XXI. La visita del Pontífice está envuelta en la polémica.


La llegada del Pontífice viene precedida por las críticas al coste de los actos que se han preparado -cuatro millones de euros que pagan el Estado, las comunidades y la Conferencia Episcopal- y por los partidos y corrientes políticas que abogan por un Estado laico, rechazando la visita del jefe del Estado vaticano. Desde Roma, por contra, aseguran que el Papa viaja "muy contento" y el Vaticano está convencido de que la visita "será un éxito y la acogida, óptima", según aclaró el portavoz vaticano, Federico Lombardi.


Benedicto XVI, que lleva la concha del peregrino en su escudo papal, viaja a Santiago de Compostela como un peregrino más y como tal se postrará a los pies del Señor Santiago, el apóstol Santiago el Mayor, uno de los discípulos de Jesús, cuya estatua abrazará y rezará ante la urna que contiene sus restos, según la tradición católica. Como la visita se produce en el Año Santo Jacobeo, el Pontífice atravesará también la Puerta Santa.
En Barcelona, donde estará el domingo, consagrará la Sagrada Familia -icono universal de la ciudad- y rendirá homenaje al trabajo cotidiano de las entidades católicas con su visita a la obra benéfico-social del Niño Dios. La parada, primera de un Pontífice en el siglo XXI a esta ciudad y que se producirá exactamente 28 años después de la que realizó Juan Pablo II, también ha generado un amplio despliegue organizativo y de seguridad, cifrado en torno a los 1,4 millones de euros, aportados a partes iguales por las administraciones públicas y el Arzobispado.


Dado que el templo -que será elevado a la categoría de basílica- está dedicado a la familia, cuya defensa es uno de los puntos cardinales del Vaticano, es posible que el Papa haga un fuerte llamamiento en defensa de la que considera célula básica de la sociedad. Además del dispositivo logístico, la visita generará una masiva movilización de personas -alrededor de medio millón, según el consistorio-, que saldrán a la calle para saludar al Santo Padre, que en su homilía utilizará los dos idiomas oficiales de Cataluña: el catalán y el castellano.


Actualmente, las relaciones entre España y la Santa Sede atraviesan una etapa apacible, tras los momentos de fricción por las leyes aprobadas por el Gobierno socialista como el matrimonio entre homosexuales, el divorcio rápido, la reforma de la ley del aborto, entre otras. En estos momentos, según Lombardi, son "serenas y positivas". El Gobierno las considera "buenas y respetuosas".


Aun así, la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de no asistir a la eucaristía que celebrará el Papa en Barcelona, ha envuelto en mayor polémica la visita. De hecho, el Real Decreto, firmado por Zapatero y por el Rey, establece que Rubalcaba encabece la delegación que recibirá al Pontífice en Santiago de Compostela. Además, el vicepresidente primero será recibido en audiencia por el Santo Padre en el aeropuerto, tras el encuentro privado que mantendrá con los Príncipes de Asturias. En la ciudad condal será recibido por los Reyes y antes de regresar a Roma sí tendrá un breve encuentro con Rodríguez Zapatero.


Asimismo, en representación del Ejecutivo, también estará el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en la ceremonia que se celebrará en la Sagrada Familia. Por su parte, el presidente del Congreso, José Bono, y al menos una quincena de diputados acudirán a alguno de los actos organizados con motivo de la visita del Santo Padre.
Un programa que no gusta al PP. Así, la presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, calificó ayer de "falta de respeto institucional" la ausencia de nueve consejeros de la Generalitat en la misa que oficiará Benedicto XVI. En un desayuno informativo organizado por el Fórum Europa, Camacho sostuvo que "el deber político e institucional" de los consejeros debería prevalecer ante las convicciones religiosas de cada uno.
De momento, el presidente de la Generalitat, José Montilla, el vicepresidente, Josep Luis Carod-Rovira, y los consejeros de Economía y Finanzas, Antoni Castells, de Educación, Ernest Maragall, y de Justicia, Montserrat Tura, han sido los únicos que han confirmado su presencia en el acto central de la visita del Pontífice a Barcelona. La candidata del Partido Popular a la Presidencia de la Generalitat lamentó también la ausencia de Rodríguez Zapatero, y consideró "un hecho constatable" que la mayoría de los catalanes y del resto de Españoles son católicos.
los ausentes. Tampoco asistirá a los actos en Santiago el BNG, que ayer arguyó que se trata de una visita pastoral y, en un estado laico "hay que mantener siempre una clara línea de separación entre la Iglesia y el espacio público", además de entender que el viaje es costoso. A través de una nota de prensa, los nacionalistas gallegos denuncian en una nota de prensa que, en un contexto de "graves recortes sociales" que afectan a servicios esenciales como la educación o la sanidad, el Gobierno de la Xunta de Galicia destine "cuantiosos recursos públicos a financiar la visita de un líder religioso". Igualmente, el Bloque denuncia que el Gobierno gallego pone para esta visita los medios de comunicación públicos, con programaciones de la radio y la televisión autonómicas "prácticamente monográficas", al servicio de una "confesión privada".
Todo ello se une a las protestas ciudadanas. Centenares de personas convocadas por la asamblea Eu non te espero expresaron su rechazo a la visita del Papa en Santiado, una protesta que concluyó con un altercado con la Policía. Los asistentes al acto, unos 500 según la organización y 200 según la Policía Nacional, pensaban partir desde la Alameda y finalizar la protesta en la Plaza del Toural, pero una veintena de agentes les impidió que cruzasen hasta Porta Faxeira por no contar con permiso. Igualmente, en Barcelona, 2.500 personas según la Guardia Urbana y 10.000 según los organizadores, se han manifestaron en Barcelona contra la visita del Papa.

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