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Las protestas obligan al PP a echar el cierre al congreso de Zoido

Rajoy precipita su visita y adelanta un día la clausura del cónclave regional que entrega el poder al alcalde de Sevilla en el momento más difícil.

el 14 jul 2012 / 18:39 h.

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Juan Ignacio Zoido es ya el presidente del Partido Popular de Andalucía con un 97,4% de respaldo. Fue proclamado nuevo líder en un conclave que sorpresivamente adelantó su cierre a ayer y anuló la agenda prevista para hoy domingo. Aproximadamente a las siete de la tarde, cuando ya Zoido había pronunciado su discurso ante el plenario, se comunicó la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en Granada. Las protestas convocadas el domingo a las puertas del Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada obligaron a los populares a adelantar la visita del líder nacional. Rajoy evitó así a los manifestantes y el PP alegó que no "está la cosa para celebraciones ni para fiestas". Vendía un mensaje de austeridad en un momento en el que la calle está incendiada por los recortes aprobados el pasado viernes en el Consejo de Ministros. Existía preocupación en el PP por las protestas de funcionarios desde el día anterior y al parecer temor a una convocatoria masiva de autobuses (hasta 600) que generaba problemas de seguridad. Por la mañana se comunicó que las visitas previstas de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quedaban suspendidas.

El congreso del PP acabó como empezó: marcado por el Consejo de Ministros y la letra del BOE. Ha sido imposible desligar el cónclave regional del dramático momento que vive España. El protagonismo de Juan Ignacio Zoido o Javier Arenas quedó eclipsado por los duros e impopulares aprobados el viernes y que han puesto en pie de guerra a buena parte de los ciudadanos. Al final la cita de la sucesión se convirtió en un cierre de filas con Rajoy, obligado ya a cambiar su agenda para sortear las protestas en solo seis meses gobernando y con tres años por delante de legislatura.

El alcalde de Sevilla asumió ayer el testigo de Arenas y heredó la dirección del partido en la etapa más difícil que se recuerda en décadas. Su primera misión será que la sucesión no se le atragante a un partido que lleva años identificado con Arenas. La segunda, que el duro momento económico y el incendio que se ha propagado en la calle no reviente los resultados electorales obtenidos por el PP en Andalucía. Por la mañana, los alcaldes de las capitales andaluzas uno a uno cerraron filas con los recortes. Ese fue el mensaje más repetido en Granada. El PP culpó de las medidas a la herencia recibida de los socialistas, defendió que son inevitables y sostuvo que permitirá a España remontar la grave situación que atraviesa.

En su discurso como candidato a la presidencia del PP-A, Zoido puso el acento en la necesidad de que los populares se empeñen en demostrar a los ciudadanos que son "personas normales" y que comparten con ellos sus problemas. A los suyos les exigió que renueven "sus votos con la política". El flamante dirigente del PP-A, acompañado de su mujer y dos de sus hijos, llevará su impronta como alcalde de Sevilla a la cúpula del partido. Zoido llevó a cabo una campaña de cuatro años en la calle, tapando baches, recogiendo basura o visitando casas de sevillanos con algún problema o alguna queja. Ese modelo, que le brindó una arrolladora mayoría absoluta en la capital pese a las críticas cosechadas por un exceso de populismo y demagogia, lo importará a toda Andalucía. "He estado en cada uno de los rincones más humildes de los barrios de Sevilla. Con mis propias manos he sacado basura de El Vacie. Y ahora estoy dispuesto a hacerlo en cada rincón, en cada barrio y en cada pueblo de Andalucía", anticipó. Su principal mensaje fue el de la necesidad de recuperar el crédito y el prestigio de la política, consciente de que "habrá que remangarse la camisa porque son tiempos difíciles".

A los políticos del PP les advirtió de que no quiere "a nadie a su lado que se haya olvidado de que su sueldo lo pagamos entre todos" e insistió "¿alguno de nosotros ha nacido alcalde, concejal, ministro o militante?" o "os ruego que miréis cara a cara a las personas de verdad. Somos personas normales". "No nos gusta como lo están pasando [los ciudadanos] pero no tenemos más remedio que adoptar esas medidas", defendió Zoido que llamó con claridad a cerrar filas. "El Gobierno de Rajoy se merece todo el apoyo. No vais a caminar solos vamos a recorrer el camino juntos y mirando al frente. Os vamos a acompañar en este viaje duro y difícil pero también apasionante para salvar a la sociedad española", proclamó.

Zoido dedicó parte de su intervención a agradecer a Javier Arenas -con quien fue especialmente cariñoso- y su equipo su trabajo. Su proyecto político para el PP-A apostará por la continuidad pero poniendo su sello propio. "Me gustaría dar continuidad a tu forma de hacer y de ser en política siendo fiel a mi propio carácter", avisó el sevillano. Su lema: "Nada es imposible".

Rajoy se mostró totalmente convencido de que Zoido será capaz de liderar "un nuevo tiempo para el PP de Andalucía" . "Recibes el listón muy alto pero estoy convencido de que lo dejarás tú también muy alto", le dijo a Zoido.

El Partido Popular se ha llevado tres días presumiendo de unidad aunque nadie niega que el trago de despedir a Arenas es amargo. Hay sensación de vértigo. Ayer el presidente nacional insistió en ello. Habló de una "entrega de testigo modélica". "Quien quiera ver un partido enfrentado que busque en otro lado, aquí no", sostuvo. Rajoy insistió en que Arenas tiene una valía "tan insustituible como necesaria". "El PP no se puede permitir el lujo de prescindir de él", subrayó mientras que sigue sin conocerse el futuro político reservado para el dirigente andaluz, que podría convertirse en Andalucía en el valioso jarrón chino que nadie sabe donde colocar. Los populares se recordaron una y otra vez que han encadenado tres victorias electorales históricas y espantaron el pesimismo o la melancolía en un partido desnortado tras el mazazo del 25-M. El PP en Andalucía estrena nuevo ciclo y lo hace marcado por un futuro incierto y en mitad de un momento difícil. En ese escenario deberá renovarse y buscar un nuevo discurso de oposición. Zoido recibió ayer el aval de 1.349 de los 1.416 compromisarios. Ahora debe de convertir ese caudal de confianza en liderazgo político.

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