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Las rectificaciones de Chaparro

Es la palabra (rectificaciones) que Paco Chaparro ha querido utilizar para agrupar las cosas que desearía cambiar en el Betis, y donde nacen, precisamente, los primeros y grandes conflictos para avanzar en la renovación.

el 15 sep 2009 / 03:35 h.

Es la palabra (rectificaciones) que Paco Chaparro ha querido utilizar para agrupar las cosas que desearía cambiar en el Betis, y donde nacen, precisamente, los primeros y grandes conflictos para avanzar en una negociación para la renovación que sólo desbloqueará, porque lo hará, porque es lo único que puede hacer si quiere recuperar parte del crédito perdido, el consejero delegado, si de verdad tiene ese cargo, Manuel Ruiz de Lopera.

Pero antes, las conversaciones están a otro nivel. Trascendió que hubo una reunión deportiva, de más de tres horas, entre el entrenador y la dirección técnica del club, entre los cuáles, como ya avisamos la pasada semana, hay no partidarios de la continuidad del mejor entrenador posible para el Betis desde que se marchara obligado Lorenzo Serra Ferrer.

Es más, alguno de los reunidos le hizo ver a Chaparro con un desparpajo impropio, que supiera que no contaba con el apoyo de todos los miembros de esa dirección deportiva para seguir el año que viene al frente del banquillo del Real Betis. ¿Y cómo es posible que los que mejor tienen que ponderar el gran trabajo del entrenador no estén a muerte con él?

La razón es que algunos de los cambios que Chaparro considera imprescindibles para mejorar el funcionaminto estructurado del club pasa por cambiar mucho de la actual dirección deportiva, tanto en la forma de trabajar como en el número de efectivos y hasta en los nombres propios que deben trabajar en esa área tan importante, vital, para la marcha deportiva de un club de fútbol.

Y, claro, eso aterra a algunos que ven su trabajo en peligro, y lo que desean es crispar a Chaparro, sacar el carácter impetuoso que saben que tiene, y que explote y decida hacer el hatillo y aceptar alguna de las ofertas que le van a llegar de forma oficial, porque acercamientos los ha habido y variados, sin ir más lejos el propio Zaragoza, aunque está metido en mil batallas, está pendiente de saber dónde jugará la temporada que viene para hacer su elección definitiva sobre el nombre del entrenador que precisa.

No es el único equipo que anda muy pendiente del excelente trabajo de Chaparro. El propio Almería, que sabe que cada vez tiene menos opciones de contar con Unai Emery para el próximo ejercicio, anda interesado en ir conociendo condiciones de trabajo y económicas de Paco Chaparro. Y cuanto más se tarde en entrar en la negociación Chaparro-Lopera, más posibilidades hay de que el técnico explote con esos cargos intermedios que están desgastando más de lo que deben al primer candidato al banquillo del Real Betis.

Pero hay más. Chaparro quiere dar determinadas bajas, que no las va a hacer públicas, porque son nombres a los que puede necesitar para conseguir el próximo triunfo, o el otro, y que no quiere que trasciendan, no quiere siquiera que las maneje la dirección deportiva, porque ya el año pasado, cuando se negociaba con Marcelina, se filtraron interesadamente para enturbiar una negociación que se había torcido por las exigencias profesionales del asturiano.

Chaparro no quiere cometer el mismo error. Y si el trianero sigue, el club se tendrá que replantear qué hacer, entre otros, con Rafael Sobis y con el portero Ricardo, que no cuenta con la confianza de la plantilla, que está más a gusto cuando están Casto o Doblas son los que entran en la lista. Ricardo es un portero que no es peor, ni mejor, que los otros dos, pero que no tiene feeling con el resto de los jugadores, algo que ha provocado un desapego que ha acabado, por ejemplo, con una fuga a Lisboa que en el club se trata de justificar, pero que realmente no se entiende.

Y es que Ricardo, una vez que lo han sentado en el banquillo, no anda muy interesado en recuperar su condición de titular como únicamente se puede conseguir: entrenando más y mejor que antes y no realizar ningún renuncio como el que ha protagonizado ya en alguna ocasión, la última con ese viaje.

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