Rodríguez de la Borbolla, Hurtado, León y Serrera durante la Presentación del libro. / J. M. Paisano (Atese)
Toros y derecho. El binomio podría parecer forzado pero difícilmente encontraremos ninguna disciplina artística, recreativa o deportiva tan históricamente reglamentada como el mundo de los toros, sometido a la autoridad desde los primeros balbuceos de la lidia a pie en las plazas mayores de los pueblos y ciudades de España. Así lo explicó ayer el profesor Luis Hurtado González, autor del libro que aborda la relación de dos mundos tan aparentemente dispares y condenados a ir siempre de la mano. La casa de la Real Maestranza acogió esta presentación bajo la presidencia de Santiago León y Domecq, fiscal del cuerpo nobiliario, que evocó la obra recopiladora del marqués de Tablantes, maestrante pionero en el estudio de la vasta jurisprudencia generada alrededor del espectáculo en la bicentenaria plaza del Baratillo, un coso que nació y sobrevivió a las vicisitudes de los tiempos a golpe de decretos reales.
Estudiando las normas de los espectáculos públicos me di cuenta de que los toros eran mucho más que un espectáculo desde el punto de vista del derecho, señaló Hurtado aclarando que la del toreo es la única actividad que recoge sus reglas en el Boletín Oficial del Estado. En ese sentido, añadió el autor, se trata de un libro que trata de la profesión taurina y por tanto de la Fiesta Nacional. El profesor remachó sus palabras recalcando que esa es su denominación jurídica y así se incluye en el BOE.
Hurtado, que se declaró espectador del espectáculo taurino pero no aficionado y mucho menos entendido, quiso ir mucho más allá afirmando que ese conjunto de normas sería la premisa que debería obligar a los poderes públicos a hacer suya la tarea de proteger la Fiesta en su conformación tradicional para abordar el reto jurídico de declararlos patrimonio cultural de España.
Fue el profesor Ramón María Serrera Contreras el encargado de abrir el turno de intervenciones haciendo un recorrido sentimental por su afición a los toros trasladándonos a su localidad de la grada 4 de la plaza de la Maestranza y evocando su amistad con su compañero y amigo Antonio García Baquero. Serrera definió el libro Derecho y toros como una obra de investigación y una aportación necesaria y oportuna aunque prefirió salirse del guión establecido para expresar su sentimiento de aficionado diciendo que una corrida es una apuesta en la que el toro y el torero se debaten entre la vida y la muerte en su componente trágico, pero una corrida debe ser ante todo y sobre todo una exaltación y un monumento vivo al arte marcado por la medida, el tiempo y el ritmo.
Llegado su turno, José Rodríguez de la Borbolla introdujo el contenido de la obra señalando que Sevilla actúa una vez más como adelantada en el mundo de los toros con esta publicación. El expresidente de la Junta de Andalucía ubicó el acto de ayer dentro de la vocación divulgativa y cultural de la Real Maestranza, en la que se está produciendo con persistencia y altura de miras una incorporación de las disciplinas científicas al mundo del toreo. En ese sentido, añadió Rodríguez de la Borbolla, el libro presentado ayer suponía una visión integral de cómo afecta el derecho al mundo del toreo.
El profesor de Derecho del Trabajo estableció algunos paralelismos muy válidos para el mundo que nos está tocando vivir: el torero es un profesional porque tiene conocimiento y domina su oficio;no es el caso de algunos profesionales de la política, que buscan serlo porque carecen de oficio. Pero el torero es sujeto de muchas relaciones que son las que estudia el autor de este libro con voluntad de buscar y aportar soluciones.
