Las quejas por el ruido del Metro del millar de vecinos de Cornisa Azul, en San Juan de Aznalfarache, son el primer reto que hereda la flamante consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar. La Junta ha enviado al Ayuntamiento aljarafeño un plan de cinco fases para reducir allí las molestias.
Los responsables de Ferrocarriles Andaluces, la empresa de Obras Públicas que gestiona el Metro, explicaron la semana pasada -aunque sólo trascendió ayer- al alcalde de San Juan, Juan Ramón Troncoso (PSOE), que se pondrán a trabajar para que los chirridos del Metro al acelerar no alteren cada cuatro u ocho minutos los nervios de los vecinos de Cornisa Azul, Virgen del Rocío y Montelar, desprotegidos contra el ruido del tren, que discurre sobre la superficie frente a sus 220 viviendas.
La primera de las medidas será el torneado de las ruedas, como se hizo con el Metrocentro en Sevilla, explican fuentes municipales sanjuaneras. Ferrocarriles Andaluces limará las ruedas y comprobará su adaptación a los raíles para evitar ese incómodo chirrido que se clava en los oídos de los vecinos en cada acelerón o en las curvas. La previsión municipal es que este limado esté acabado en mayo.
La siguiente fase del plan antirruidos consiste en engrasar las ruedas del Metro mediante un automatismo que las lubricará en las curvas. También se pondrá en marcha "inmediatamente", explicaron desde el Ayuntamiento.
Si con estas dos operaciones el nivel de ruido sigue siendo insoportable para los vecinos, Ferrocarriles Andaluces colocaría pantallas para proteger los edificios afectados, indicaron las mismas fuentes, que quisieron expresar asimismo que el Consistorio "siempre ha estado" del lado de los vecinos.
El ambiente en Cornisa Azul es, en román paladino, de cabreo con el Metro. Pocos están contentos con tener una parada a diez minutos de su casa, y es que cada pocos minutos el chirrido anuncia la llegada del tren. Durante la entrevista con uno de los vecinos, Nacho Moreno, algunos de los cantos desafinados del Metro los acompañaba el llanto de su hija de seis meses. Toda una tila alpina, explican con gotas de ironía ácida todos los vecinos a los que se pregunta en Cornisa Azul.
Reclaman que, si el Metro no va soterrado a su paso frente a la barriada, al menos pongan las pantallas contra el ruido como sí ha hecho Ferrocarriles Andaluces para proteger el Barrio Alto de San Juan, donde estas molestias son bastante menores.
Y es que Cornisa Azul se enclava en uno de los mejores sitios de la Gran Sevilla si lo que quiere uno es experimentar la resistencia de sus tímpanos: separada del resto de San Juan de Aznalfarache por la autovía, esta zona, en la que se enclava la casa cuartel del municipio, también soporta el tráfico de una autovía pegada a los bloques de pisos.
