Svetlana Kuznetsova proporcionó a Rusia su cuarto título de Copa Federación, tras amarrar el tercer punto de la final que disputó contra España en el encuentro frente Anabel Medina, a la que venció por 5-7, 6-3 y 6-4 en dos horas y media.
Rusia ha certificado su dominio en el tenis femenino. En el último lustro ha logrado cuatro triunfos (2004, 2005, 2007 y 2008) y sus representantes copan la parte alta de la clasificación individual del circuito.
El tercer punto del duelo hispano-ruso se anunciaba como una final para las nuestras. A pesar de la derrota, la valenciana Medina navegó sin perder de vista el triunfo.
Fue gracias a una evidente mejoría respecto a la sesión inicial, al espíritu que despidió y, especialmente, a los errores de Kuznetsova, que disparó los guarismos negativos desde el quinto juego del primer set, donde empezó a desperdiciar una renta de 4-0. Medina se metió en el encuentro (4-2 y 5-3) y salió reforzada tras superar cuatro puntos de set que la rusa no cerró con su saque. Desde ese momento, la española ganó cuatro juegos consecutivos y logró el primer set de la eliminatoria para España.
Reaccionó Kuznetsova y enderezó el rumbo en cuanto Medina ralentizó su resistencia. Nunca suficientemente fiada a su saque, se encontró en la lucha por un set definitivo. La tenista moscovita conservó la autoridad al principio del tercer parcial. Pero Medina volvió al partido (3-3). Fueron las bocanadas finales del aliento de España en la final, que se marchó definitivamente en cuanto Kuznetsova amarró los tres juegos siguientes.
La derrota de Anabel Medina alteró el programa previsto de la jornada, que se completó únicamente con el choque de dobles, sin necesidad de que Carla Suárez y Vera Zvonareva disputasen el partido individual restante.
El trámite del doble. Nuria Llagostera y Carla Suárez no pudieron evitar el rosco (4-0) ante Rusia al ceder el punto de dobles ante la pareja formada por Elena Vesnina y Ekaterina Makarova.
La mallorquina y la canaria encajaron una muy dolorosa derrota (6-2 y 6-1) ante las rusas en un partido que se solventó en tan sólo 61 minutos y en la que las pupilas de Miguel Margets siempre fueron a remolque, sin demasiadas opciones ante la mayor efectividad de las rusas.
