Las setas se quedan aún a la espera de la pasarela metálica en la calle Imagen. Aunque el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, confirmó que se colocaría ayer, finalmente no se produjo y, es más, durante una parte de la mañana no había ni un operario en la estructura que soportará este puente, que unirá los parasoles 5 y 6 -que son los más cercanos a Puente Pellón-.
Ni se detectaron movimientos importantes en las obras de la Encarnación ni el Ayuntamiento de Sevilla, el más interesado en acelerar un proyecto que acumula tres años de retrasos, recibió notificación alguna de Sacyr, la empresa constructora, de que hubieran colocado la pasarela.
Este nuevo revés, aunque sólo sea de un día, se suma al cúmulo de retrasos de un proyecto que hace tiempo que trabaja contra el reloj y con una fecha tope en el horizonte: el próximo 31 de diciembre. Si Sacyr, la constructora, sobrepasa este límite, puede correr el riesgo de que el Ayuntamiento deje este conflicto en manos de un juez. "Vamos a estar encima para que, efectivamente, la constructora cumpla con la fecha comprometida", dijo Monteseirín a principios de agosto.
Toda la presión la tiene Sacyr, que tiene poco margen de acción para llegar a tiempo. Para ello, no debe escatimar esfuerzos y ni un solo día. Y la colocación de la pasarela es de los hitos que marcan el ritmo de los trabajos en la Encarnación. No en vano, se había fijado que a partir de la colocación de la pasarela metálica, se tardaría una semana más para montar totalmente el puente de madera, aunque la estructura que lo sostiene se mantendría durante tres meses más hasta que no estuviera finalizado por completo el recubrimiento de madera de los dos parasoles más cercanos a la calle Puente y Pellón. Si se hacen las cuentas, la retirada de esta estructura se produciría a finales de noviembre y sólo con un mes por delante para culminar la obra.
En cualquiera de los casos, el alcalde ha reiterado en los últimos días que cuando acaben las obras del Metropol se iniciará una investigación para depurar respon- sabilidades por un proyecto que tendría que haberse inaugurado en junio de 2007. Esa fecha fue la que se mantuvo mientras duraron los trabajos de cimentación, hasta que se decidió cambiarla a primavera de 2008. Después le siguieron el último trimestre de 2009 y primeros meses de 2010. El edil de Urbanismo, Manuel Rey, dio su última fecha en el pleno: se abrirá en el primer trimestre de 2011.
Los grandes damnificados en este lío de fechas son los placeros del mercado de la Encarnación, que llevan 37 años en unas instalaciones provisionales a la espera de la finalización de los trabajos. El último traspiés fue el pasado mes de julio. El alcalde pretendía que la mudanza de sus puestos comenzara a final del mes de julio para que el mercado pudiera abrir sus puerta en septiembre. Sin embargo, ese deseo no se pudo ver cumplido y los placeros se han visto obligados a esperar: la entrega de las llaves de los nuevos puestos se espera para la próxima semana, de forma que el traslado pueda llevarse a cabo y abra, por fin, en octubre.
