-Una calle, el premio de ‘Sevillano del Año', ¿qué supone para usted estos reconocimientos?
-Un honor enorme, porque a estas alturas de la vida que una asociación como el Rotary Club de Sevilla se haya acordado de mí es una satisfacción humana muy grande. Estoy muy agradecido.
-Después de 62 años en la prensa sevillana, medio millón de fotografías recopiladas y 50 libros publicados. ¿Qué le queda por saber de esta ciudad?
-Todo... (se ríe) Es decir, sabré mucho de Sevilla, pero me queda por aprender todo, pues cada día que pasa aprendo más. Sevilla no tiene límites en sus conocimientos, por lo que nunca puedes decir que eres el que más sabe en esto. Todos los días la ciudad te enseña algo nuevo.
-¿Qué rincón o qué historia de la ciudad se le ha resistido?
-Bueno, resistírseme ninguno, porque he ido afrontando, con más o menos esfuerzo, todos los temas posibles. Comencé en el periodismo en mayo de 1950, pero, aun así, creo que todavía me falta mucho por escribir.
-¿Cuál es la mejor imagen que representa Sevilla?
-Para mí hay una perspectiva de Sevilla única: la conformada por las plazas del Triunfo y Virgen de los Reyes, el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias. Es el encuadre más hermoso.
-¿Y la foto que mejor resume la ciudad de hoy en día?
-Depende. Si se quiere simbolizar algo negativo, bastaría con irse a los suburbios del Vacie. La imagen positiva sería la Plaza Nueva actual, una preciosidad.
-Porque es evidente que la ciudad ha cambiado bastante...
-Muchísimo. Tanto que no hay quien la conozca y lo que vemos hoy en día no tiene nada que ver con el siglo pasado.
-¿Con cuál se queda?
-Soy un hombre de futuro y, desde luego, me gusta la Sevilla actual como fruto de una suma de valores. A lo largo de su historia, Sevilla ha ido destruyendo sistemáticamente gran parte del patrimonio sin causa justificada. Es el caso de los 81 conventos del siglo XIX, los palacios de la plaza del Duque o los caños de Carmona.
-¿Ha subido a las setas? ¿Qué historias le inspiran?
-No he podido subir porque mis piernas no me lo permiten. Ahora mismo no caigo sobre qué relato encajaría allí. Lo que sí puedo asegurar es que dentro de 50 años las setas serán algo simbólico de la ciudad, como ocurriera con la torre Eiffel de París, que todos criticaron y hoy es intocable. Otra cosa es que estén o no en la plaza de la Encarnación.
-¿Ocurrirá lo mismo con la polémica torre Pelli?
-Efectivamente. Ambos edificios son elementos del futuro de la capital hispalense. Terminarán identificando a la ciudad.
-Pero la crisis está frenando esta evolución...
-Estamos en el peor momento que ha vivido Sevilla, con un paro excepcional como resultado de una actitud política que no merece pasar a la historia. No se pueden hacer peor las cosas, a nivel nacional, regional y local.
-El periodismo es uno de los sectores más afectados...
-Urge un plan de rescate a los medios de comunicación como pilar básico de la democracia. La prensa escrita tiene que ser más analítica, y venderse a cualquier hora del día y en cualquier punto.
