Esta vez no son sólo joyas, como es habitual: la exposición de objetos robados de la Policía Nacional se ha convertido en un museo, porque en la diminuta oficina en la que se muestran los bienes incautados a los ladrones se amontonan unos muy deteriorados Santa Ana y San Joaquín de metro y medio, robados en un cortijo de Osuna y con varios siglos de antigüedad sobre sus espaldas; decenas de cuadros costumbristas y hasta una litografía atribuida a Picasso. La mayoría procede de una operación que el Grupo de Robos cerró a principios de abril y en la que se detuvo a cuatro personas, pero no se ha podido localizar a los dueños de las obras de arte.
Pinturas, figuras y hasta grandes retablos que se requisaron cuando se detuvo entonces a El Alemán, un vecino de Nervión especializado en el robo de arte, siguen en las dependencias policiales. La gente entraba ayer en la sala buscando el anillo o la pulsera que les quitó un tironero, y se encontraba enormes esculturas, bodegones barrocamente enmarcados, tres o cuatro niños Jesús con su ropita, una figura del cardenal Bueno Monreal, un toro alado firmado por Picasso... también un antiguo violín, esta vez incautado a un anticuario que fue incapaz de aclarar dónde lo había obtenido.
La Policía confía en que los dueños, sobre todo los propietarios de cortijos de la provincia que hayan sido desvalijados, se acerquen a reconocer sus bienes, que se les devolverán si en su día denunciaron el robo. La exposición permanecerá abierta de lunes a viernes de 9 a 21 horas hasta el próximo día 13. Algunos objetos ya tienen dueño, como las esculturas de Santa Ana y San Joaquín, pero aún no se sabe a quién le robaron una pastora de nueva talla encarnada en tonos morados y rosados, o un cubrealtar bordado en hilo de oro valorado en unos 4.000 euros.
joyas marcadas. Por si allí había algo suyo, por la Jefatura de Policía, en Blas Infante, se dejó caer ayer Juana, que hace ahora un año sufrió un robo en el que la despojaron de objetos valorados en varios millones de las antiguas pesetas: joyas antiguas engarzadas con esmeraldas o brillantes, la colección de relojes de su marido y otras "piezas muy específicas", que tenía marcadas y fotografiadas. Es lo que siempre aconseja la Policía: que los objetos de valor se fotografíen y se conserve su número de serie, o se les grabe una identificación para reconocerlas si son recuperadas tras un robo.
Juana ya visitó la exposición anterior el pasado mes de enero, sin encontrar nada, igual que le ocurrió ayer. Pero tiene claro que seguirá yendo, porque a veces los bienes salen a la luz años después de los robos.
Las obras de arte suponen en esta ocasión un contrapunto a las vitrinas que habitualmente pueden verse en este tipo de exposiciones: un muestrario de cadenas, anillos, pulseras, medallas, relicarios y pendientes de oro; relojes y adornos de todo tipo... y tamaño. En medallas y anillos proliferan como adorno escudos del Betis y del Sevilla, compitiendo con diseños de guitarras de varios centímetros, rostros de seres queridos, dragones cuajados de colorines o pistolas de gran tamaño con la culata repleta de brillantes.
Algunas joyas llevan engarzadas piedras talladas de un tamaño tal que parece imposible que sean buenas. Hay cadenas de un grosor inverosímil, pendientes desparejados y una colección de monedas con el rostro del papa Juan Pablo II. El policía que custodia la exposición, la número 51 de las que se han realizado en la Jefatura de Sevilla, explica que gracias a estas muestras siempre se localiza al propietario de algunas joyas. Si nadie los reclama, los objetos se ponen de nuevo a disposición del juzgado que investigó el robo, que a veces ordena que vuelvan a ser expuestas en la siguiente ocasión.
Por otra parte, la Guardia Civil expone esta semana en la Comandancia de Montequinto 1.482 armas -900 escopetas, 124 carabinas, 24 rifles, 300 pistolas y 134 revólveres- que se subastarán el día 12. Podrá visitarse hasta el viernes, de 9 a 13 horas, en una sala habilitada para la exposición, donde podrán presentarse ofertas para pujar por ellas.
