Cada mes los juzgados sevillanos sacan a subasta casi un centenar de inmuebles, como consecuencia del impago de hipotecas y otras deudas por parte de muchas familias y de empresas que están sufriendo el azote de la crisis. La cifra se ha duplicado con respecto a las registradas al inicio de la crisis, al igual que ha ocurrido con los embargos, paso previo a la puja pública. En total, entre septiembre y noviembre de este año se sacarán a subasta 265 inmuebles entre viviendas, locales, garajes, solares o naves.
Las ejecuciones de inmuebles hipotecados, los embargos, han vuelto a crecer en el primer semestre de este año, en concreto un 9%. Un dato que supone que desde 2008 este tipo de procedimientos se hayan duplicado. Sólo en los seis primeros meses del año los juzgados de Primera Instancia iniciaron 921 embargos. Como consecuencia también lo han hecho las subastas judiciales con las que los bancos pretende recuperar el dinero que se les adeuda, aunque no siempre es así porque cada vez es más difícil encontrar un comprador, por lo que el propietario acaba siendo la entidad bancaria. De ahí que la mayoría de los bancos dispongan en la actualidad de sus propios portales inmobiliarios en internet.
La mayoría de estos inmuebles que salen a subasta son viviendas, cuyos propietarios no han podido pagar la hipoteca, por lo que el banco ha iniciado un procedimiento judicial contra ellos. Pero también entre los afectados hay empresas inmobiliarias que han quebrado y cuyas promociones de obra nueva salen a subasta completas, o casi completas. Es el caso de un residencial de Burguillos, donde salen a puja 12 garajes de un residencial, o los 54 pisos en Gelves que el 29 de noviembre subastará el Juzgado de Primera Instancia número 14, con precios que oscilan entre los 128.000 y los 212.000 euros. De hecho, en este caso no se ha llegado a dar ni nombre a la calle donde están situados. Pero no es una situación exclusiva de los municipios, pues en Sevilla capital también hay pisos de obra nueva, que salen a subasta. En concreto, tres viviendas y tres locales comerciales construidos en la calle Julio Verne, en el Cerro del Águila, que saldrán a puja el próximo 6 de noviembre en el Juzgado de Primera Instancia número 22 con precios que van desde los 127.000 a los 263.000 euros que cuesta el piso más grande, de 81 metros cuadrados.
SOLARES Y CHALÉS. Otro ejemplo del daño de la crisis en el sector inmobiliario es el embargo de solares sin construir. Un ejemplo son los tres solares en Coria del Río que salen a puja en el Juzgado de Primera Instancia número 1 de la localidad. Aunque llama mucho más la atención el que se subastará el 29 de noviembre en el Juzgado de Primera Instancia número 15, que situado en la localidad de Alcalá del Río tiene un precio de salida de más de 339.000 euros por sus 400 metros cuadrados. O una parcela de El Coronil, de más de 3.700 metros cuadrados por 935.000 euros.
Pero la crisis no sólo afecta a familias con rentas medias que pierden sus pisos, sino que cada vez salen a subasta más chalés de precios muy elevados. Es el caso de uno en Mairena del Aljarafe que con 90 metros cuadrados tiene un precio de salida de 435.000 euros, o el de otro situado en la barriada sevillana de Santa Clara con un valor de 587.000 euros. No obstante, también se da el caso de casas cuyo valor es todo una ganga, como uno en Dos Hermanas por 46.754 euros y, en el otro extremo, pisos situados en calles conocidas de Sevilla, como en la trianera Castilla, donde se subastará un piso por 320.000 euros; u otro situado en la Alfalfa cuyo precio es de 928.000 euros.
Lo que hace variar estos precios es la deuda que el propietario tenga con el banco. Cuando éste inicia el proceso de embargo intenta recuperar el dinero que le queda por pagar al deudor. Sin embargo, el hecho de perder el inmueble no exime al propietario de la deuda, ya que si en la subasta el banco no recupera todo el dinero seguirá debiendo lo que reste hasta saldarla por completo. El problema es que con la crisis, muchas agencias que se dedicaban a cazar viviendas a buen precio han quebrado, por lo que al final acaban en manos de banco.
No obstante, todo el que esté interesado puede participar depositando una fianza en la cuenta de cada juzgado. Para ello tiene toda la información en cada uno de los juzgados, siendo más que conveniente informarse de las cargas que tiene el inmueble.
