"Hemos apostado por un tapeo más actual en el que el cliente es el que decide en cada momento qué comer, cómo, dónde y qué se quiere gastar", señala Palomino, quien reconoce que ayer en el bar había "auténtico ambientazo". "Era una maravilla tomarse algo en el mirador y estar escuchando las bandas, porque parecía que estábamos en Semana Santa", asegura, aunque para él nada tiene que envidiarle "una puesta de sol con un gin tonic". El colofón, la Giralda de fondo.
Pero además de GastroSol Tapas, el empresario trabaja en otros proyectos, entre ellos GastroEventos, que ya trabaja en la elaboración de presupuestos para bodas y congresos, además de diversos proyectos de colaboración con hoteles de la zona. "Ya tenemos contratadas comidas de empresas para este domingo y la semana que viene, así como comidas familiares", señala el empresario más preocupado "ahora mismo por la calidad, que por el número de platos que sirven al día".