Para los técnicos es una obviedad, pero para el gran público no deja de ser un dato impactante: las dos tuneladoras que trabajarán en la SE-40 serán tan altas como un bloque de cuatro plantas. Esto significa que serán más del doble de grandes que la máquina que hizo el túnel del Metro.
Nunca han trabajado en Andalucía unas máquinas de las dimensiones que tendrán las que harán los cuatro túneles bajo el Guadalquivir entre Dos Hermanas y Coria del Río. El tamaño viene impuesto por el hecho de que cada uno de los túneles tendrá dos carriles, lo que obliga a que la máquina que horade la tierra tenga un diámetro de excavación de 14 metros. La colosal cabeza cortante se moverá sobre raíles, la impulsará un larguísimo tren e irá colocando conforme avance los anillos de hormigón que sostienen la estructura.
Los técnicos del Ministerio de Fomento ponen como ejemplo de proyecto parecido el de los túneles de la M-30 en Madrid, que eran aún más grandes con sus 15 metros de diámetro. Pero en Sevilla el proyecto se complica al tener como "mayor inconveniente" la presencia de agua con nivel freático "prácticamente en superficie". "Esto es un reto principalmente a la hora de encajar los emboquilles", es decir, la entrada y salida del túnel, así como la construcción de las pantallas contra las que comienza la excavación la tuneladora, "uno de los puntos más conflictivos".
Al hablar de tuneladoras la comparación con la del Metro de Sevilla es casi obligada, ya que es de los pocos referentes que tenemos aquí del trabajo de máquinas de este tipo. La diferencia que más salta a la vista es la del tamaño: frente a los 14 metros de diámetro que tendrán las de la SE-40, la del Metro tenía 6,10 metros, es decir, más del doble. "Las características de un túnel de carreteras como el de la SE-40 y uno ferroviario realmente son muy diferentes en cuanto a instalaciones y seguridad", se apunta desde Fomento, lo que obliga a mayores dimensiones en un caso como el de la ronda de circunvalación.
Otra diferencia importante radica en que el Metro cruza el Guadalquivir por la capa de gravas, mientras que ahora, "por su mayor diámetro y por la navegabilidad del río", el cruce se produce a mayor profundidad en la capa de margas que se sitúa bajo la de gravas. A este nivel de las margas, que además es casi impermeable, se llega al haberse diseñado los túneles con una cota de 40 metros en su punto más profundo "para garantizar una cobertura mínima sobre la clave" de los pasos subterráneos.
Potencia. Así las cosas, los técnicos se han inclinado por que hagan el trabajo tuneladoras del mismo tipo que la del Metro (las de escudo de presión de tierras o EPB), que son las indicadas cuando en el trabajo hay agua de por medio. En este caso la hay, y mucha: los ya apuntados 40 metros de altura en la base y 24 en clave, lo que se traduce en una presión de entre 2,4 y cuatro bares. Para entendernos, una presión de un bar es la que ejercerían 10,2 columnas de agua pura de un metro de altura. Por ello, en las indicaciones técnicas se exige que la tuneladora que haga el trabajo tenga una capacidad de presión mínima de cinco bares, más que suficientes para horadar en un lecho sobre el que se colocará una losa de hormigón.
Los otros requisitos establecidos para la máquina que hará el trabajo son también imponentes, como un empuje mínimo de 23,5 millones de kilos y una potencia mínima de 10 megavatios. Esto último supone que desarrollará del orden de los 13.600 caballos de vapor de potencia. Grandes cifras, en definitiva, para "la mayor inversión en una única actuación de carreteras de España" que acomete Fomento.
