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Las universidades sevillanas brillan en desarrollo de patentes y en unión con su entorno

La Comisión presenta una herramienta con la que cualquier estudiante podrá analizar hasta 850 centros de enseñanza superior de todo el mundo.

el 15 may 2014 / 09:13 h.

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15740553La Unión Europea ha puesto nota a 850 centros universitarios de todo el mundo, entre los que se encuentran, obviamente, las universidades sevillanas. El resumen del boletín de calificaciones podría ser que ambas universidades, la Hispalense y la Pablo de Olavide, necesitan mejorar. Cierto es que hay asignaturas en las que sobresalen. Es el caso del número absoluto de patentes reconocidas en la Universidad de Sevilla, donde la Unión Europea le otorga una A (siendo ésta la calificación máxima y E, la mínima). La Pablo de Olavide obtiene un notable (una B) cuando se trata de medir el compromiso con el entorno a través de las investigaciones y trabajos impulsados. Estos resultados están recogidos en el que desde ayer es el ranking oficial de universidades de la Unión Europea. Con éste se pretenden «evitar cuadros de excelencia simplistas, que pueden llevar a comparaciones engañosas entre instituciones de muy diferente tipo u ocultar diferencias significativas de calidad entre las distintas enseñanzas impartidas en una misma universidad», señaló la ComisiónEuropea en una nota de prensa tras la presentación de la herramienta U-Multirank por parte de Androulla Vassiliou, comisaria europea de Educación. En otras palabras: se busca quitar hierro, y de paso peso y presión, del ranking de Shangai sobre las universidades. Esta clasificación es muy controvertida porque, entre otros parámetros, fija las posiciones de los campus en función del número de premios Nobel que hayan salido de sus aulas. El punto más débil de las universidades sevillanas es la transferencia de conocimiento, donde la nota que les pone la Comisión Europea es una D (por debajo de la media, según la nomenclatura de la herramienta). Como consecuencia de esta débil conexión entre la universidad y el entorno empresarial, la Hispalense también debe mejorar en el capítulo de ingresos de procedencia privada (de la Olavide no hay datos disponibles sobre este particular). Un caballo de batalla del actual ministro de Educación, José Ignacio Wert, y el único que le compran los rectores. Son buenas las calificaciones que la Hispalense y la Olavide obtienen en el porcentaje de citas de sus investigaciones (una C, en la media) y en los trabajos realizados en unión con instituciones de ámbito internacional (otra C). La Hispalense, en cifras absolutas, es considerada de excelente en cuanto a número total de publicaciones científicas y buena por número de becarios. La comisaria europea llamó la atención por último en que el nuevo mecanismo de clasificación permitirá a los «usuarios individuales elaborar una clasificación personalizada, basada en sus propias necesidades. Ello les permitirá obtener información sobre las universidades o disciplinas específicas que más les interesen y elegir los criterios de acuerdo con sus propias preferencias». En cualquier caso, la herramienta presentada por la Comisión Europea, en la que se han invertido 2 millones de euros, confirma que las universidades catalanas junto con las madrileñas son las que tienen un impacto científico mayor. El de ayer fue un día de ranking, porque junto al de la UE se presentó el realizado por la Fundación BBVA y el Ivie. En este último, la Pablo de Olavide es la tercera universidad de Andalucía en productividad investigadora. Pese a su pequeño tamaño, la Olavide es la segunda universidad andaluza en productividad global, por detrás de Córdoba, y al mismo nivel que Granada y Almería. En cuanto a productividad en investigación, también la UPO es la segunda universidad en Andalucía tras Córdoba y junto a Granada y Huelva, según la información facilitada por la Olavide. El proyecto U-Ránking forma parte de un programa de investigación más amplio desarrollado conjuntamente por la Fundación BBVA y el Ivie, centrado en el papel de la universidad, y en general del conocimiento, como fuente de crecimiento económico, que ha generado distintas publicaciones. El proyecto ha sido desarrollado por un amplio equipo de investigadores y técnicos del Ivie, dirigido por Francisco Pérez, catedrático de Análisis Económico y director de investigación del Ivie.

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