Grupo de estudiantes preparándose exámenes en la biblioteca de la Facultad de Económicas. / Antonio Acedo
Los datos permiten atisbar una recuperación de la macro economía que, sin embargo, no ha llegado ni de lejos aún a las familias. Ante esta situación, las universidades sevillanas tienen que apuntalar los programas propios de ayudas para poder atender a los miles de estudiantes cuyas situaciones económicas ponen en serio riesgo continuar con sus carreras. Para este curso, Sevilla y la Pablo de Olavide concederán 2.700 ayudas al estudio (a estas becas habría que sumarles las ayudas sociales extraordinarias, las becas comedor, las ayudas al transporte...).
Porque aunque el Ministerio de Educación defiende que no hay recortes en la partida de becas porque se han concedido más que «en toda la democracia», nuevamente, los datos (incluso del propio ministerio) se encargan de dejar las cosas claras: se dan más becas, sí, pero de cuantías cada vez más pequeñas. Un informe del ministerio cifraba en 73 los millones ahorrados en becas del curso 2012/2013 al 2013/2014.
En el caso de la Universidad de Sevilla, el Vicerrectorado de Estudiantes tenía 2.036 estudiantes «brillantes» con rentas familiares en el umbral uno en 2012/2013 (el más bajo y, por tanto, en el que la cuantía de la ayuda es la máxima: 6.000 euros) que el curso pasado vieron reducida esa beca a algo menos de la mitad: 3.500 euros.
Las ayudas propias al estudio de la Hispalense no tienen como destinatarios a los que consiguen una beca del ministerio. Es para aquellos que o no la tienen o reciben sólo beca para pagar la matrícula. El vicerrectorado anuncia que en el mes de marzo se abrirá el plazo para optar a una de las 2.200 que se sacarán. Hay un presupuesto de 1.200.000 euros.
En el caso de la Pablo de Olavide, el rector Vicente Guzmán avanzó a los estudiantes en una asamblea celebrada en el Paraninfo que en las próximas semanas se les informará de un plan propio de ayudas que sumará un millar de becas. Las becas exclusivas para el estudio serán 400 y la cuantía rondará los 500 euros, según adelantó Vicente Guzmán al término de la reunión. Los últimos datos facilitados por la institución académica cuantifican en 700 los alumnos expulsados de la Universidad por la implantación de la nueva normativa de becas. Los becarios han recibido un 50 por ciento menos con respecto al curso anterior.
