Aun asfixiadas por los recortes del Gobierno central y los impagos de la Junta de Andalucía, las universidades sevillanas han encontrado en los ránkings de producción científica un motivo para sacar pecho. La primera en hacerlo ha sido la Pablo de Olavide, la más joven de todo el sistema universitario andaluz.
Por segundo año consecutivo y tan solo superada por la catalana Pompeu Fabra, ocupa el segundo lugar en el ránking de productividad científica de las universidades públicas publicado por la revista Psicothema y elaborado por un grupo de investigadores de Granada dirigido por el profesor de Psicología Gualberto Buela-Casal.
En este ránking se han tenido en cuenta siete indicadores con los cuales se ha hecho una media ponderada (producción por profesor): artículos publicados en revistas indexadas en la publicación anual JCR, tramos de investigación de profesores funcionarios, proyectos I+D concedidos por el ministerio, becas de formación obtenidas por el profesorado, doctorados con mención hacia la excelencia, tesis doctorales publicadas entre 2005 y 2010 y patentes registradas entre 2006 y 2010 y explotadas entre 2004 y 2008, según informó ayer la Olavide en un comunicado de prensa.
La Universidad de Sevilla también ha encontrado en el ránking de Taiwan un motivo para olvidar por unas horas los mil y un frentes que tiene abiertos. Aunque con menos relevancia internacional que los rankings de Shangai y QS, el de Taiwan sitúa a la Hispalense entre las primeras 500 universidades del mundo por la producción científica realizada en la última década, de la que estudia su impacto y su relevancia. La vicerrectora de Internacionalización, Carmen Barroso, afirma que este reconocimiento internacional es un aliciente para seguir trabajando en la senda de crear "posibles estrategias" con las que incrementar la visibilidad internacional.
El presupuesto para investigación en 2012 cayó un 25% respecto al año pasado, con lo que retrocedió casi al nivel de 2006. Ante este panorama sobre el que no se espera que haya una mejoría inmediata, la vicerrectora de la Hispalense intenta mantener la esperanza.
"A pesar de los recortes, buscaremos aumentar nuestra visibilidad internacional", reconoce Barroso. Una prueba de que este tema preocupa, y mucho, en el Rectorado es el hecho de que se haya puesto en marcha un vicerrectorado específico sobre la materia.
"Hay algo que no me canso de repetir: va a ser casi imposible que estemos entre las cien mejores universidades del mundo", reconoce la vicerrectora de Internacionalización de la Hispalense, Carmen Barroso, en relación al prestigioso ranking de Shangai. Y la razón es de peso: en esta clasificación se tiene en cuenta el número de premios Nobel que tiene la universidad lo que en un país como España, en donde la inversión en I+D+i está de capa caída, es una tarea más que titánica, inalcanzable.
