El Hospital de la Mujer del Virgen del Rocío parecía un salón de lotería. Las embarazadas disfrutaban -y sufrían-, como cada año, del milagro de la vida, pero no podían evitar mirar por el rabillo del ojo el reloj, calculando si la fortuna les sonreía o no con un bebé con un cheque bajo el brazo. El límite expiró con las uvas, al igual que el premio de 2.500 euros. La última agraciada en Sevilla fue Gema Collado, que dio a luz a su hijo 15 minutos antes de las campanadas, según la hora oficial del centro, y sin pisar el paritorio. "El que quería cobrar los 2.500 euros era el niño", bromea el padre del pequeño Antonio, mientras su mujer explicaba que el niño nació en la sala de dilatación y rodeada de otras mujeres que también esperaban su oportunidad.
"Fue de película, porque de repente llegaron corriendo el médico, Lutgardo García, y el resto del personal sanitario, porque el niño venía ya", relata la pareja. Se pusieron rápido los guantes y vieron que la cabeza estaba fuera y sólo pidieron que empujara. Y el niño entró dentro del tiempo límite, algo que no esperaban ni siquiera los padres, ya que estaba previsto su nacimiento para el 31 de enero. Pese al mes de adelanto, el bebé llegó a este mundo sano y con 2,825 kilos, algo que colma a esta familia más que un dinero que no esperaban. "Las uvas no las comimos, pero estas son las mejoras posibles", dijeron.
Inmaculada Martínez estaba justo enfrente de Gema cuando se vivió ese espectáculo en la sala de dilatación. A ella le tocó justo 40 minutos después de las campanadas y, por tanto, perdió el dinero que, desde julio de 2007, han recibido más de 1,5 millones madres. Sólo queda la doble alegría de, por supuesto, ver nacer a Federico, el primer varón de tres hermanos, y ser la primera mujer en dar a luz en Sevilla en 2011.
"Tendríamos que haber tenido el niño en la tierra de mi marido, que es de Canarias, y así habría nacido una hora antes", comenta esbozando una sonrisa Inmaculada y mirando cómo su pequeño dormía plácidamente, justo a su lado, en la cuna.
Consciente de lo bien que venía ese dinero en tiempos de crisis, esta madre pasó por todos los estados de ánimos. Primero pensó que no tendría el cheque bebé porque el alumbramiento estaba previsto para el 8 de enero. Pero le tuvieron que inducir el parto tras sufrir una fisura en la bolsa y eso le hizo albergar esperanzas de que vendría con un regalito. "Pero me tocó que las matronas estaban con las uvas y se pasó en media hora", explica. Hasta comenta que, medio en broma, intentó, sin éxito, que el personal sanitario moviera las manecillas del reloj para que en el parte saliera que su hijo nació en 2010. Pero no pudo ser.
Pero el cheque bebé no es tan importante si vives la aventura de David García y Khadija Razif. Él, de profesión camionero, iba con su mujer embarazada transportando una mercancía desde Valencia hasta Huelva con la calma que da que no iba a salir de cuentas hasta el 15 de enero. Pero, en la medianoche del 30 al 31 de diciembre, cerca de Huétor Tajar (Granada), Khadija le dio una sorpresa: rompió aguas. "Llamé a los del 112 y hablé con mi mujer que decía que estaba bien y no le dolía y me dijo que siguiera el camino", comenta David. Dicho y hecho. Llegó a Huelva, dejó la mercancía y, tras reanudar el viaje de vuelta y viendo que ya estaba apurada, se plantó con su camión en la entrada del hospital San Juan de Dios de Bormujos, el que tenía más cerca, a primera hora de la mañana del día 31. De ahí, una ambulancia la llevó al Virgen del Rocío, donde nació en el plazo, es decir, con los requisitos para que le entreguen los 2.500 euros. La odisea fue de tal calibre que piensan ponerle a la pequeña un nombre compuesto en el que aparezca, al menos en uno de ellos, la marca de su camión: Mercedes.
Pero quien más apuró los plazos en España fue Amalia, una niña riojana que nació un minuto antes de la medianoche. David Fernández y su mujer, Silvia Nestares, son los padres del bebé, que se adelantó una semana. Por ello, porque aún no era el momento, los padres fueron desde Logroño a Jubera para celebrar la Nochevieja. Pero al poco de llegar se dieron la vuelta para dirigirse al hospital San Pedro de Logroño porque "la niña no quería esperar".