El 4 de mayo de 1974 pasó el último convoy por las vías del que se llamó el Tren de los Panaderos, por el que por cierto no viajaba el pan desde 1962. Los raíles quedaron abandonados y ahora, 35 años después de aquel último tren, el ferrocarril vuelve a la ciudad de la mano del tranvía.
Porque las vías, de hecho, ya están en Alcalá. En puntos el que acogerá la estación de Pablo VI se amontonan las traviesas, que empezarán a colocarse el próximo mes de junio en los dos tramos del trazado que ya están en obras. Unos trabajos, por cierto, que avanzan con paso firme y que tienen en el viaducto de Nuevo Zacatín su principal seña de identidad urbana.
Con sus 12,4 kilómetros de longitud y sus 11 estaciones, en la actualidad se trabaja en prácticamente todo el tramo urbano del recorrido: Pablo Picasso, Sanlúcar la Mayor, ronda de Montecarmelo y Nuevo Zacatín, donde el tranvía abandonará la ciudad a través de un viaducto de 387 metros de largo sostenido por una docena de grandes pilonos. El puente permite salvar el enorme desnivel que formó en este enclave una cantera de albero.
Las otras dos grandes estructuras del trazado alcalareño se incluyen en su tercer tramo, cuya adjudicación se anunciará en cuestión de días y que incluye un paso inferior bajo la línea 1 del Metro y, sobre todo, un viaducto de 560 metros sobre el río Guadaíra. Para cuando se inicien estas obras ya estarán cerca de concluir las correspondientes a la obra civil del primer tramo (previsto para el primer semestre de 2010) y del segundo (segundo semestre de 2010).
Esto no significa que se esté entonces cerca de la apertura, ya que todavía quedará por acometer la fase de instalaciones y sistemas. El objetivo es acelerar los concursos de adjudicación para que no haya tiempos muertos entre el final de la obra civil (desvío de servicios, construcción de las plataformas y colocación de las vías) y las tareas de electrificación y dotación de comunicaciones, que como media necesitan sus seis meses, con lo que al final nos sale 2012/2013 como fecha de apertura.
A lo largo del trazado se levantarán 11 estaciones, sin incluir la ya existente de Pablo de Olavide, donde enlazará con el Metro. Estas estaciones, por cierto, serán de diseño muy sencillo (al estilo de los apeaderos de Cercanías de andén y marquesina) salvo la de Montecarmelo, donde el desnivel provocado por la orografía obligará a instalar rampas y escaleras mecánicas.
En cuanto a la velocidad, en los tramos urbanos el tranvía tendrá prioridad en los cruces semafóricos y circulará a 30 kilómetros por hora, que se elevará hasta los 70 ya en las afueras de Alcalá. Aquí durante parte del trayecto circulará en paralelo a la vieja línea del Tren de los Panaderos, todo un símbolo de cómo cambian los tiempos, dos ferrocarriles separados por 35 años.
