No me cuentes cuentos es el título de la exposición que el sevillano Antonio Cabrera inauguró el pasado miércoles en Loft of Beauty, la peluquería que recientemente se ha revelado como un espacio expositivo tan inesperado como hospitalario.
Además de la obra mural que preside la sala, Cabrera muestra cinco grabados, una veintena de acuarelas realizadas sobre páginas de libros antiguos, fotos antiguas pintadas, un par de dibujos y un grabado en metal. Todas estas piezas quieren conformar, como sugiere el título, una suerte de fábula de la sociedad moderna, "donde el dinero, los intereses y los abusos de poder son los protagonistas", explica su autor.
Partiendo del imaginario de los libros de cuentos antiguos, Cabrera recrea en la muestra un universo figurativo en el que se contraponen "el amor y el odio, la fantasía y la realidad, el horror y la belleza, la inocencia y la maldad", comenta. "He creado una narración muy a mi manera, similares a las ilustraciones de los cuentos, incluso con un punto naïf, pero adoptando un punto de vista mucho más crudo de la sociedad".
En efecto, los personajes que surgen de la inspiración del sevillano son por lo general juguetes rotos, animales enjaulados, artilugios desmembrados y hasta alguna niña que empuja un carrito, presumiblemente de juguete de no ser por la evidencia de que está embarazada.
Se trata, en definitiva, de jugar con referentes visuales de la infancia y llevarlos a lo chocante o lo grotesco. "Las amenazas no cambian tanto: los niños que hoy se ponen a navegar por internet son caperucitas a las que acechan muchos lobos".
No poca importancia tiene en el mensaje que pretende transmitir Cabrera las técnicas empleadas, algunas de las cuales conjugan la pintura al óleo con la madera, los cajones y las puertas, "de modo que un cuadro puede tener tres dimensiones y otras tantas lecturas".
Con esta muestra, Loft of Beauty parece confirmar una trayectoria como espacio expositivo que comenzó el año pasado, y que lleva ya una decena de exposiciones de artistas como Sergio Cruz o Rorro Berjano.
Para los meros clientes de la peluquería, estas exposiciones suponen un atractivo extra, y además parece funcionar comercialmente: antes de la inauguración de Cabrera estaba vendida casi toda la colección.
Según su impulsor, Auro Murciano, "esto no es sólo una peluquería, sino un punto de encuentro de cultura, moda, conciertos y performances -el propio Cabrera protagonizará una el próximo martes, día 14, con un grupo de música experimental-; en definitiva, un espacio vivo que cuenta con una clientela de nivel sociocultural alto y aspira a dar a conocer a nuevos talentos.
