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Le piden 25 años por matar a puñaladas a su expareja en Pruna

El autor del crimen la esperó escondido en un armario y tras asesinarla se entregó a la Guardia Civil

el 30 nov 2011 / 20:02 h.

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Familiares y amigos de Guadalupe acompañan su féretro camino del cementerio de Pruna.

Se escondió en el armario y esperó a que estuviera acostada para abordarla y asestarle hasta 42 puñaladas que acabaron con su vida. Luego se entregó a la Guardia Civil. Ocurrió en la madrugada del 31 de mayo de 2010 en Pruna y ahora el presunto autor se enfrenta a los 25 años de cárcel que le reclama la Fiscalía por asesinar a su expareja. Será juzgado a partir del 10 de febrero por un jurado popular.


Guadalupe Bermúdez, en su pueblo la conocían como Lupe, perdió la vida "por las múltiples lesiones" que sufrió y que hicieron que se desangrara. De 41 años y madre de tres hijos, mantuvo con Francisco M.P.R. una relación de tan sólo unos meses, tras lo que ella le dejó. Sin embargo, "no aceptó el cese de la relación y, con ánimo de atentar contra la vida de Guadalupe", sobre las 4.00 horas del 31 de mayo de 2010 acudió a la vivienda de la víctima, según explica la Fiscalía en su escrito de acusación. El procesado aparcó su coche en una calle cercana a la casa y "trepó por la fachada hasta la azotea y accedió a la vivienda". Ella se encontraba entonces trabajando en el bar de su hermano.


Poco después unos amigos la llevaron hasta su casa, sin que ella supiera en ese momento que en el interior él la estaba esperando "escondido en el armario del dormitorio armado con un cuchillo". Allí permaneció, siempre según el relato del Ministerio Público, hasta que "Guadalupe se acostó y se durmió para salir del armario y atacarla sorpresivamente". En ese momento, ella se despertó y "se asustó", pero lo único a lo que dio tiempo fue "a levantarse y decirle que se fuera". El acusado, de 35 años, le dio entonces "varias puñaladas en el abdomen", lo que hizo que la víctima cayera al suelo, "dónde continuó apuñalándola, sin posibilidad de defensa por parte de Guadalupe". Luego la empujó dejándola boca abajo y, "estando aún viva se sentó encima de ella, asegurándose la total indefensión de la víctima y el absoluto control de la situación, continuó dándole puñaladas hasta que ella dejó de hablar y moverse", relata el fiscal. El cuerpo de Guadalupe "tenía 42 heridas repartidas en cara, cuello, tórax, espalda, abdomen, brazos y piernas", producidas todas en vida y que hicieron que se desangrara.


Tras cometer el crimen, "y seguro de que ya estaba muerta", "con ánimo fetichista revolvió los cajones del dormitorio y se apoderó de diversas joyas valoradas en 17.400 euros". Luego huyó de la escena del crimen saliendo por la puerta principal y escondió las joyas en su vehículo. Una vez que se lavó y se "deshizo de la ropa ensangrentada así como del cuchillo", se entregó sobre las 7.30 horas a la Guardia Civil.


El fiscal considera los hechos como asesinato y pide para el acusado, que está en prisión, 25 años de cárcel y una indemnización de 282.235 euros para los hijos de la víctima y de 19.374 euros para los padres.

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