Numerosas personalidades del mundo de la política, de la cultura y del ámbito académico se desplazaron a mediodía de ayer hasta el tanatorio de la SE-30 para dedicarle un último adiós a Juan Antonio Carrillo Salcedo, catedrático de Derecho Internacional Público, infatigable defensor de los Derechos Humanos pero sobre todo, como pusieron de relieve quienes le conocieron, un excepcional ser humano y un amigo inolvidable.
Así lo explicó Enriqueta Vila, académica de Historia y presidenta de la Real Academia sevillana de Buenas Letras, quien destacó a Carrillo Salcedo como "profesor, docente, investigador, pero sobre todo como persona", y definió su fallecimiento como "una pérdida irreparable, y más en estos momentos".
La inconsolable tristeza de la viuda del catedrático, Matilde Donaire, y de sus cuatro hijos -Pedro, Juan Antonio, María del Mar y Rosario- se vio acompañado por amigos de la familia como la poeta Rosa Díaz y su marido, el ex concejal Juan Ortega, para quienes la característica principal de Carrillo Salcedo fue "la humanidad que tenía dentro de la sencillez y la humildad, que es lo que caracteriza siempre a las grandes personas ".
Muy concurrida fue también la representación política en el acto. Aunque el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se limitó a enviar una corona de flores, sí acudieron el consejero de Justicia, Emilio Llera, el consejero de Economía, Antonio Ávila, y el de Agricultura, Luis Planas, quien visiblemente emocionado recordó "al gran maestro, en el aula y también en Europa. Nunca fui su discípulo, pero siempre recibí de él lecciones y orientación".
El ex presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, recordó que en Carrillo Salcedo se daba la coincidencia de "la persona buena en el trato con los próximos, y también de bondad universal", subrayó. También quisieron estar presentes el líder de los socialistas sevillanos, Juan Espadas; el delegado de Gobierno de la Junta de Andalucía, Javier Fernández; el alcalde de Morón, Juan Manuel Rodríguez, los catedráticos Manuel Olivencia y Miguel Clavero, o el rector de la Hispalense, Antonio Ramírez de Arellano.
Otros asistentes al sepelio del catedrático quisieron poner de manifiesto su condición de intelectual cristiano. Fue el caso del decano del Colegio de Abogados de Sevilla, José Joaquín Gallardo, para quien Carrillo Salcedo fue "un maestro de vida" que "sólo ambicionaba ayudar a los demás", y que fue "un cristiano en toda la extensión del término" o, dicho de un modo más conciso, simple y llanamente "un hombre de bien".
Por su parte, el catedrático de Historia Moderna Ramón Mª Serrera glosó su figura como "defensor de los Derechos humanos y del concepto de Igualdad entre los pueblos: ahora es fácil decirlo, pero no cuando lo dijo él. También fue un progresista auténtico, no de pacotilla, y a la vez un profundísimo creyente, defensor de la doctrina social de la Iglesia, por eso tuvo como modelo a Juan XXIII".
Para el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez-Royo, fue "una de las grandes figuras que ha dado la facultad de Derecho, una persona que ha tenido una dedicación extraordinaria tanto en la vertiente académica como en la jurisdiccional del Derecho. Una persona querida y respetada".
Tampoco faltó el alcalde Juan Ignacio Zoido, con el portavoz municipal del PP, Juan Bueno. Para Zoido, se va "un gran humanista, y sobre todo un andaluz del Guadalquivir que defendió como pocos los Derechos Humanos, la libertad y la democracia".