Cultura

Leer es tender la mano a Grecia

La colección Romiosyne difunde desde Sevilla la mejor literatura griega

el 10 ago 2013 / 21:56 h.

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A la crisis feroz que actualmente vive el pueblo griego se le puede responder de muchas maneras. Una de las formas de ayudar a la cuna de nuestra cultura es, precisamente, tratar de conocerla mejor. Y en ese empeño precisamente están embarcados un joven traductor sevillano, Juan José Tejero, y el sello editorial Point de Lunettes, quienes han fletado la colección Romiosyne.

“Después de vivir un año enGrecia, cuando regresé me puse a buscar textos bilingües en español y griego con los que practicar. Me di cuenta de que esas ediciones eran escasas y dispersas, y ahí empecé a concebir la idea de la colección”, recuerda Tejero (Lebrija, 1978). “Por otra parte, se sabe que los de Clásicas nos quedamos en Alejandro Magno, y hay quien ignora que el siglo XX es la edad de oro de la literatura griega. Para contribuir a su difusión, y para que los traductores pudiéramos tener un punto de encuentro, nos pusimos manos a la obra”. El primer título vio la luz el pasado año: nada menos que el Epitafio junto a los Dieciocho cantares de la patria amarga de Yanis Ritsos, el gran poeta de Monemvasia, traducidos por el propio Tejero con supervisión de Manuel García. Para el próximo otoño verá la luz una antología de otra autora legendaria, Kiki Dimulá, titulada La pasión de la lluvia, y ya se barajan varios títulos como Axión estí, del Nobel griego Odisseas Elytis, traducido por Pedro Olalla, y La tumba, de K. Palamás, que llevará a cabo un grupo de alumnos de Filología Clásica de la Universidad de Cádiz bajo la supervisión de F. Javier Ortolá. La cuestión de cómo podrá mantenerse un proyecto como éste en las difíciles condiciones actuales merece un apunte aparte. La colección Romiosyne se financia principalmente a través de suscriptores, cuyo compromiso es de 30 euros por título publicado. A cambio, reciben el libro en cuestión en edición especial de arte, con regalos adicionales. El mencionado libro de Kiki Dimulá, por ejemplo, está previsto que venga firmado por la autora, así como acompañado por una reproducción fotográfica, obviamente de tema griego, obra del artista Michel Koven. Los interesados encontrarán más información en el blog de la colección, http://romiosyne.blogspot.com.es, y en su espacio de facebook. Por otro lado, los libros de Romiosyne también estarán disponibles en librerías, e incluso llegarán a Grecia: una librería de Atenas ya los vende, y los responsables están en conversaciones con las embajadas españolas de la capital griega y de Chipre para que se sumen al empujón, aunque “lo están pasando tan mal que será difícil que haya dinero para libros. Baste decir que el instituto Cervantes de Atenas tenía más de mil alumnos matriculados, y este año ha bajado a cien. Es impresionante lo que está ocurriendo allí”, lamenta Tejero. Nada de eso desanima, sin embargo, a los impulsores de Romiosyne, que se mantienen en su modesto propósito de “publicar dos libros al año, aunque nuestra intención es que uno sea de un clásico del siglo XX y el otro de alguno de los nuevos nombres por los que nos gustaría apostar”, comenta Tejero. El traductor asegura que los griegos “están viviendo iniciativas como ésta con mucha emoción y mucha gratitud, se han hecho eco de ella y hasta tenemos suscriptores griegos apoyándonos”, dice. Tal vez sea cierto aquello de Ritsos, que las “Pobres palabras bautizadas en la amargura y en el llanto,/ echan alas y vuelan”.

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