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Lelo de las bolas

Cuando Franco, el anterior Jefe del Estado dictatorial surgido de una guerra iniciada por él mismo, murió en 1975, también murió con él el franquismo que había creado, comenzó a dictar la izquierda, especialmente la que no se había jugado la libertad en la dictadura, y quedó la derecha 'sonada' en su conjunto, balbuceante y apenas sin capacidad de habla. .

el 15 sep 2009 / 19:35 h.

Cuando Franco, el anterior Jefe del Estado dictatorial surgido de una guerra iniciada por él mismo, murió en 1975, también murió con él el franquismo que había creado, comenzó a dictar la izquierda, especialmente la que no se había jugado la libertad en la dictadura, y quedó la derecha 'sonada' en su conjunto, balbuceante y apenas sin capacidad de habla. El carné de derechas lo da todavía en España el vocero que más grite de la izquierda, en estos momentos José Blanco, ayudado por 'maletillas' del ruedo ibérico que de manera ocasional lanzan exabruptos para mantener en su estado acomplejado a una derecha-centro que todavía, treinta años después de la Constitución, no ha recuperado la fe en sí misma.

Uno de estos maletillas ocasionales, Pedro Castro, es presidente de la FEMP, organismo democrático, aglutinador de la administración municipal, adocenado al estado centralista y centralizador, para quien todos los votantes de la derecha son "tontos de los cojones" ("lelos de las bolas" en lenguaje menos procaz), acusación falaz con la que posiblemente trate de ocultar la jáquima con la que se somete a su amo.

La ley de la memoria histórica, su aplicación municipio a municipio, el intento fallido del propio Garzón, las exhumaciones de cadáveres de fusilados en uno de los dos bandos de la guerra, retirar honores a personajes de un régimen anterior con quien no tiene que ver nadie de quienes viven en democracia, son recurrentes latigazos que tronan de manera casual cuando la derecha-centro recupera una parte de su perdido sentido.

Mientras la izquierda de hoy, que nada tiene que ver con la que mató a sacerdotes y monjas, la que destruyó conventos, la que asesinó con sus milicias de partido, siga lanzando insultos a una derecha actual, que tampoco tuvo que ver con la guerra ni con la dictadura, no habremos avanzado suficiente en estos treinta años.

Desvestirse de sambenitos, exorcizar demonios que no les son propios, son el examen de conciencia más inmediato y el análisis más urgente que debe hacer esta derecha-centro que concita el apoyo de casi el 50 por ciento de los españoles. ¿O es que en el otro 50 por ciento no hay tontos de los cojones?

Consultor de comunicación. isidro@cuberos.com

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