El Ayuntamiento ha echado abajo en la última semana 17 asentamientos chabolistas, la mayoría en las inmediaciones del río Guadalquivir, en los que vivía un centenar de personas de nacionalidad portuguesa y rumana, incluidos algunos niños. La Policía les advirtió de la prohibición de vivir acampados en suelo público, tras lo que se marcharon, muchos en sus propios vehículos.
La Policía Local detectó estos núcleos al vigilar el trasiego de personas que llevaban carros cargados de chatarra, y localizó 13 asentamientos una zona de la riber del río cercana al mercadillo del Charco de la Pava, y el resto en las inmediaciones del recinto ferial y en un parque.
De allí se retiraron unas 50 tiendas de campaña tipo iglú, colchones, electrodomésticos, muebles viejos, carros de la compra cargados de chatarra, bombonas de butano, cocinas y una veintena de vehículos; uno de estos coches tuvo que ser retirado por la grúa porque carecía de motor.
En total, Lipasam ha retirado 64 toneladas de basura. En los dispositivos han participado además la Policía Nacional y la Local, y el servicio de Costas y Carreteras.
Cinco de las personas desalojadas de un asentamiento acudieron después a una comisaría de la Policía Local y pidieron ayuda para hospedarse. El Cecop Social tramitó su caso y les ofreció sitio en un hostal para pasar la noche hasta que normalicen su situación.
No fue la única asistencia similar que ha afrontado en las últimas horas este servicio de Bienestar Social: una mujer marroquí, de nombre Fátima, llamó ayer para pedir alojamiento para ella y sus tres hijos de 11, 15 y 17 años. Había estado en casa de unos amigos mientras una ONG le tramitaba un piso de acogida, pero al no fraguar esta posibilidad ni poder seguir más tiempo con sus amigos, pidió ayuda municipal y fue alojada en un hostal con los menores, que están escolarizados en Sevilla. El Cecop Social también buscó un alojamiento para pasar la noche a otra mujer marroquí que llamó muy nerviosa por un problema familiar.
