Liberan a un discapacitado recluido en un piso de Olivares para su explotación laboral

Los captores llegaron a amenazarle con palos y un sable y sólo le permitían comer una vez al día pan duro y agua.

el 04 feb 2015 / 12:18 h.

Agentes de la Policía Nacional han liberado en Sevilla a un joven  con discapacidad que fue captado en Rumanía, su país de origen, y  trasladado a España para ser explotado laboralmente en el campo en  beneficio de sus captores bajo todo tipo de amenazas y agresiones,  permitiéndole comer sólo una vez al día pan duro y agua, hechos por  los que han sido detenidos sus cuatro captores, de una misma  familia. Según ha informado la Policía en un comunicado de prensa, la  investigación se inició a raíz de la denuncia de dos personas de  nacionalidad rumana que decían haber sido secuestradas por los  miembros de una organización y que habían aprovechado el día de  Navidad, cuando sus captores se encontraban en estado de embriaguez,  para escapar y llegar a Sevilla. Así, habían estado retenidos junto  con otro compatriota más, que no había conseguido huir, de una  vivienda de Olivares. Los miembros del grupo de secuestradores, todos de la misma  familia, les habían propuesto venir a España desde su país de origen  con falsas promesas de trabajo relacionadas con labores agrícolas  como recogida de fruta o poda de arboleda a cambio de unos 700 euros  al mes, incluidos alojamiento y manutención. Los billetes de autobús para llegar a España eran pagados por la  organización, que designaba a una persona distinta a quien realizaba  la labor de captación para acompañar a las víctimas durante todo el  trayecto para asegurar así su llegada. ENCERRADOS EN UNA CUADRA SIN VENTANAS Una vez en Sevilla, fueron trasladados a Olivares, donde les  requisaron su documentación y los encerraron en una cuadra para  animales sin ventanas y con unas condiciones infrahumanas, teniendo  que soportar bajas temperaturas y comiendo tan sólo una vez al día  pan duro y agua. Las dos víctimas, que habían conseguido escapar, fueron obligadas  a robar naranjas, que luego sus captores vendían para obtener un  beneficio económico, mientras que la tercera víctima, un joven con  discapacidad física y psíquica, era utilizado dentro del hogar al  servicio de los miembros de la red. Durante días, tuvieron que  soportar vejaciones y amenazas de los integrantes de la organización,  mediante el uso de palos y un sable. Con los datos aportados por las dos víctimas que consiguieron  escapar, y una vez asistidas, los agentes iniciaron un operativo en  el que consiguieron liberar a la otra víctima, que aún se encontraba  secuestrada, y detener a los integrantes de esta red como autores de  delitos de trata de seres humanos, detención ilegal, amenazas,  coacciones, tenencia ilícita de armas y pertenencia a grupo  criminal.

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